Las entidades patronales del campo han llamado “al pueblo y la ciudadanía” a movilizarse frente al zoológico, en territorio de la Sociedad Rural.
Kirchner llamó a una contramarcha, según él, "en defensa de la democracia".
Una vez más, el próximo martes esos dos bloques pretenderán partir en dos al pueblo argentino.
Pero los intereses de los trabajadores no estarán presentes, ni frente al Zoológico, ni en el camping de Plaza Congreso.
Las dos marchas pelearán por una única cuestión: quién se queda con los beneficios económicos de 30 millones de toneladas de soja que los capitalistas agrarios
mantienen retenidas en reclamo de menores impuestos (retenciones) y mayores precios.
Sólo por ese regateo, las dos marchas son "antagónicas".
Ni en el Zoológico ni en Congreso se van a acordar del millón y medio de peones rurales que trabajan en negro, que no tienen vacaciones ni descanso dominical, y cuyo Estatuto de la época de Videla legitima el trabajo de los menores.
Ni en el Zoológico ni en el Congreso se dirá una palabra sobre los fraudes fiscales de los monopolios cerealeros, por la sencilla razón de que sus organizadores son socios de esos fraudes.
Tampoco mencionarán la necesidad de poner fin a la estructura oligárquica del campo, donde el 2 por ciento de los capitalistas son dueños del 65-70 por ciento de la producción, y donde los terratenientes se benefician de un precio de más de 10.000 dólares la hectárea. ¡Pero que pagan un impuesto inmobiliario sobre una valuación fiscal de 120 dólares!
El "camping" oficial planteará la "defensa de la democracia", cuando el gobierno viene capitulando, con concesiones y prebendas económicas, ante los golpistas del "Zoológico".
En el Congreso y en el Zoológico, la policía de Kirchner y los fiscales de Macri, que hace una semana reprimieron en forma salvaje una movilización independiente en Plaza de Mayo, esta vez le abrirán paso de nuevo a piquetruchos y ruralistas.
El Partido Obrero llama a los trabajadores a darle la espalda a los dos actos; a restarle apoyo a su convocatoria y a sus programas capitalistas.
Discutamos un programa de la clase obrera frente a la crisis nacional:
Por la nacionalización del comercio exterior, de los puertos privados y privatizados.
Por la nacionalización de la gran propiedad agraria y el repudio de la deuda externa.
Salario mínimo equivalente a la canasta familiar, para los trabajadores de la ciudad y del campo.
Por la derogación del estatuto videlista del peón rural.