jueves, 23 de octubre de 2008

Una salida obrera y socialista al derrumbe capitalista

La sociedad asiste a la mayor crisis económica de su historia. El mito kirchnerista de que la Argentina se encontraba inmune frente a la bancarrota capitalista mundial se derrumbó a la par de las bolsas y los bancos. Mientras el gobierno de los Kirchner permite la fuga del país de 23.000 millones de dólares en un año, anota a la Argentina en la baquita internacional para rescatar a los banqueros: ha prometido el pago de la deuda ilegítima con el Club de París y los bonistas. Sin embargo, todos los salvatajes de las últimas semanas fracasaron: ningún Estado del mundo tiene los fondos para rescatar al capital en su conjunto.
Una de las expresiones de la bancarrota es la fabulosa crisis fiscal del Estado. El gobierno se vio obligado a estatizar a las quebradas AFJP para hacer frente a los vencimientos de la deuda hasta fines del 2009. Es decir, que para salvar a los acreedores internacionales, seguirán confiscando a los jubilados, que cada vez están más lejos del 82% móvil.
Esta crisis fiscal se manifiesta particularmente aguda en Junín. El gobierno de Meoni se encuentra paralizado y sale constantemente ha reclamarle a los trabajadores juninenses que paguen con mayor carestía el quebranto de las cuentas municipales. Sin embargo, el intendente oculta que es él el principal responsable del colapso del municipio, ya que ha ofrecido un verdadero paraíso fiscal para las patronales capitalistas de todos los rubros. En vez de establecer impuestos progresivos y elevados a los grandes capitales que se llevan fortunas de la ciudad, Meoni optó por paralizar la obra pública y reducir el gasto social. En este punto, actúa en el mismo sentido que los gobiernos de Scioli y Cristina.
Las patronales del campo y de la industria, con la Mesa de Enlace sojera y la Unión Industrial a la cabeza, pugnan por una mega devaluación del peso. Buscan proteger sus ganancias y descargar la crisis sobre los trabajadores, que veremos desvalorizados nuestros salarios y jubilaciones, así como los presupuestos de educación, salud y vivienda.
Para hacer frente a esta situación, los trabajadores debemos deliberar sobre la crisis y elaborar un programa propio, es decir, construir una alternativa popular al derrumbe capitalista.
En primer lugar, es necesario detener la sangría financiera y concentrar los ahorros nacionales en función de las necesidades populares; es necesario entonces nacionalizar sin pago el sistema bancario y establecer el monopolio estatal del comercio exterior y el control de cambios. En segundo lugar, hay que prohibir los despidos y suspensiones y repartir las horas de trabajo sin afectar el salario donde haya caído la producción. En tercer lugar, establecer un aumento general de salarios y jubilaciones y reabrir las paritarias, en especial ahora que hay una amenaza hiperinflacionaria. En cuarto lugar, rechazar los impuestazos al pueblo trabajador y diseñar un sistema de impuestos progresivos y elevados al capital. Por último, en oposición a la sumisión de los políticos y del gobierno a los planes de rescate de los acreedores internacionales y de los banqueros, es necesario un congreso económico y político, que deberían convocar la CGT y la CTA, para elaborar un plan de emergencia a cargo de los trabajadores.
Con gran velocidad, la crisis financiera amenaza con transformarse en una crisis social y política sin precedentes. Llamamos a toda la sociedad de Junín a reflexionar sobre el problema y a participar de la mesa redonda de debate, el viernes 31 de octubre a las 19 hs, en el Aula Magna de la UNNOBA, donde se verán expuestas diversas posturas, que recorren gran parte del arco político de la ciudad.

EXIJAMOS LA NACIONALIZACIÓN DE LOS BANCOS

Para responder al ‘golpe de mercado' y a la fuga de capitales

Hasta hace pocos días, el gobierno Kirchner sostenía que su ‘modelo productivo' había blindado a Argentina contra la bancarrota capitalista mundial.
Ahora descubrió dos cosas: que tanto las AFJP como el Estado se encuentran quebrados; y que las AFJP están quebradas porque invirtieron en capitales que han sido arrastrados a la bancarrota.
Las AFJP no pueden honrar el retiro de sus afiliados, porque han aplicado el dinero acumulado en sus cuentas individuales de capitalización a comprar títulos del Estado y acciones privadas que no valen nada.
Por su lado, el gobierno se dio cuenta de que entró en cesación de pagos, y que no tiene los recursos para pagar la deuda externa en lo que falta de 2008 y en 2009.
Ante este desastre recurrió a una medida que nunca pretendió llevar adelante: estatizó las AFJP, porque de todos modos hubiera tenido que poner la plata para pagar el retiro de sus jubilados y, al mismo tiempo, se quedó con los aportes de sus afiliados para pagar la deuda externa, sumándolos a los aportes que realizan los trabajadores a la Anses.
Por medio de esta vía tortuosa, cuyo objetivo es rescatar al capitalismo de su derrumbe, los trabajadores argentinos nos encontramos con la recuperación del sistema jubilatorio para el Estado, luego de un saqueo privatizador de más de una década.
Los bancos dueños de las AFJP se embolsaron, en este período, unos 35.000 millones de dólares, por un lado en concepto de comisiones del orden del 30% sobre los aportes, por el otro como consecuencia de los negociados realizados con sus inversiones.
Millones de trabajadores quedaron cautivos del sistema privado como consecuencia de los lazos de las empresas en que trabajan con los capitalistas de las AFJP.
¡Pero no queremos la estatización para pagar la deuda a los acreedores usureros sino para mejorar la situación de los jubilados, o sea recuperar el 82% móvil!
Para eso es necesario dejar de pagar la deuda usuraria y restablecer los aportes patronales, porque la jubilación no es otra cosa que el salario, que deben pagar los patrones.
Para que el retorno de la previsión social al patrimonio público sirva verdaderamente a los trabajadores, es necesario que lo controlen y gestionen representantes electos de obreros y jubilados -no funcionarios del Estado ni tampoco burócratas sindicales.
Pero la estatización forzada de las AFJP se da en un marco de crisis más general, como lo demuestra la fuga de capitales y el ‘golpe de mercado' que los capitalistas están produciendo en la Bolsa.
Para defender las conquistas populares de esta conspiración es necesario proceder a la nacionalización sin indemnización de los bancos y del comercio exterior, y establecer el control de cambios.
Hay que prohibir las suspensiones y despidos, y establecer el reparto de las horas de trabajo sin afectar los salarios.
La estatización de emergencia de las AFJP demuestra que la crisis capitalista mundial desintegra las instituciones propias del capitalismo, y que incluso los Estados capitalistas se ven enfrentados al derrumbe de las finanzas públicas y a la cesación de pagos.
La bancarrota del capital mundial demuestra objetivamente que la sociedad no puede evolucionar en un marco de progreso si no es mediante su sustitución por un gobierno de trabajadores y por una organización internacional socialista.

Los últimos cartuchos del matrimonio Kirchner. Por la nacionalización de los bancos sin indemnización

La bancarrota capitalista mundial abrió una brecha que ha permitido filtrar una reivindicación histórica de los trabajadores: la liquidación del sistema de jubilación privada. El matrimonio Kirchner y sus secuaces, que fueron promotores activos de la privatización de la previsión social que llevaron adelante Menem y Cavallo, se han visto obligados a estatizar las AFJP para sortear una cesación de pagos inminente de la deuda pública. Los 15.000 millones de pesos que ingresan por año a las AFJP servirán ahora para aportar al pago de los vencimientos de la deuda hasta fines de 2009, que se estiman en 20.000 millones de dólares. Los intentos de obtener esa financiación por medio de una renegociación de los títulos que vencen a corto plazo, con el auxilio del Citibank, el Deutsche Bank y el Barclays, habían fracasado en forma rotunda como consecuencia de la crisis financiera internacional. Asimismo, esta estatización de la jubilación privada transfiere al Estado más de 15.000 millones de dólares en títulos de la deuda pública que se encontraban en poder de las AFJP, lo cual elimina la necesidad de hacer frente a su pago, en especial, el de la porción que vence a corto plazo. En una palabra, la estatización de las AFJP es, antes que nada, un operativo financiero para evitar una nueva cesación de pagos y hacer posible la continuidad del pago de la deuda pública. Se trata, por lo tanto, de una operación de rescate, antes que nada, de los acreedores internacionales y del sistema financiero internacional. A cambio de esto, claro, el Estado asume la responsabilidad por el pago de las jubilaciones de otros cuatro millones de trabajadores. Ese compromiso es "implícito", porque no aparece registrado en ninguna de las cuentas oficiales. La estatización penaliza a los bancos que lucraban con la jubilación privada (el español BBVA o el holandés ING), pero apunta a darle aire al conjunto del sistema bancario y en especial a los amigos del oficialismo: el Banco Macro o el grupo Eskenazi y otros bancos extranjeros con sucursales en Argentina.

Derrumbe de la jubilación privada
La estatización de la jubilación privada era igualmente obligatoria, porque las condiciones para cumplir los compromisos con los afiliados de las AFJP se estaban deteriorando a toda velocidad. El dinero de los contribuyentes de las AFJP se encontraba invertido en títulos de deuda pública y en acciones que han perdido el 70% de su valor como resultado de los derrumbes de la Bolsa y del mercado de capitales en general. Como consecuencia de esto, también se habían desvalorizado fuertemente las cuentas individuales de los afiliados, en especial las de aquellos que debían jubilarse a corto plazo. Debido a esto, el gobierno autorizó a las AFJP a contabilizar sus inversiones al valor histórico, no a su precio de mercado. De esta manera se evitaba perjudicar las cuentas personales y, en particular, las de aquellos que tramitaban su jubilación. Pero como las AFJP no podían pagar estas jubilaciones con la venta de los títulos y acciones en su poder, el dinero debía salir, no de la cuenta de los que se jubilan, sino de los aportes de los trabajadores en actividad. Se había creado entonces una situación de vaciamiento de las AFJP, que debían pagar los retiros como si fueran un sistema de reparto, no de capitalización. Este vaciamiento no había tenido la oportunidad de manifestarse en las crisis de 1995 y de 2001, debido a que por esas fechas no se producían todavía retiros. Asimismo, como los pronósticos sobre la crisis actual -incluso los más optimistas-, prevén que no habrá una recuperación financiera internacional ni siquiera a mediano plazo, la bancarrota de las AFJP estaba sellada si se pretendía seguir pagando los retiros de acuerdo con el acumulado en cuentas individuales, infladas por no registrar el derrumbe de la cotización de las inversiones. Incluso antes de la crisis, los afiliados de las AFJP no cobraban jubilaciones por más del 30/40 por ciento del sueldo en actividad, además de los millones de afiliados que no podían completar el período de cotización debido a años de desempleo o de trabajo en negro.
La liquidación de la jubilación privada es un hecho histórico progresivo, por el cual hemos luchado infatigablemente desde antes incluso de que se concretara la privatización. El 99% del oficialismo actual, en cambio - y en especial la burocracia sindical- , se jugaron con todo por la privatización menemo-cavallista; se formaron numerosas AFJPs con la participación de la burocracia, que ofrecía a los afiliados de los sindicatos como clientela cautiva para sus administradoras. Aún hoy funciona Previsol, una AFJP del ‘solidario' Heller, del banco Credicoop, en conjunto con la burocracia kirchnerista del Suterh. Es claro que el matrimonio oficial no buscó nunca la estatización, ni menos fue nunca, para él, una reivindicación oficial; ha sido impuesta por la bancarrota capitalista mundial: sacrifica a una fracción menor del capital financiero para poder hacer frente a un nuevo colapso de la deuda pública. Se ha venido abajo un pilar de la estrategia kirchnerista para ‘reconstruir a la burguesía nacional': nos referimos al desarrollo de "un mercado de capitales en pesos", el cual acaba de ser enterrado solemnemente con la estatización de las AFJP.

Los límites de la estatización capitalista
Llegado a este punto, es necesario decir que -en el marco de la privatización jubilatoria- no existe una diferencia de principio entre el sistema privado y el estatal de previsión. De un lado, el Estado ha debido complementar una parte de la jubilación privada con aportes propios. Del otro, la privatización solamente podía ser viable si la remuneración que ofrecía la jubilación privada funcionaba como un techo para todo el sistema jubilatorio; o sea que la jubilación estatal no podía ofrecer nunca una jubilación superior al 35% en promedio. La estatización que acaba de consumar el kirchnerismo no devuelve el 82% móvil y las remuneraciones siguen la pauta impuesta por la privatización. Por otro lado, el gobierno ha invertido el aporte previsional de los trabajadores en la misma línea de las AFJP: títulos públicos y acciones. El Fondo de Sustentabilidad de la Anses parece ‘sustentable' porque cotiza las letras y títulos públicos a la par, no a precios de mercado. El Estado capitalista es incapaz de utilizar el enorme fondo de aportes obreros de un modo diferente al que lo hace la propia clase capitalista. Para que ocurra lo contrario es necesaria otra clase de Estado y, por de pronto, que la Anses sea gestionada por representantes de obreros y jubilados electos, en función de las prioridades que debería establecer un congreso nacional de trabajadores. Otra similitud entre el régimen privado y el público es la abolición completa o parcial de los aportes patronales. Si se tiene en cuenta que la jubilación forma parte del salario de los trabajadores, la falta de aportes patronales significa que la jubilación se obtiene mediante la amputación del salario (un porcentaje del salario financia jubilaciones misérrimas), o sea que hay una confiscación en beneficio del capital.

Las conclusiones
Para que la estatización previsional sea real es necesario, entonces: 1) restaurar el aporte patronal; 2) establecer el 82% móvil; 3) que la Anses no sea manipulada por el gobierno sino que sea dirigida por representantes electos de trabajadores y jubilados; 4) que la inversión de los fondos acumulados sea establecida por un congreso de trabajadores.
La pregunta del millón es ahora la siguiente: ¿la absorción de los ingresos de las AFJP -y la recuperación de la deuda del Estado en manos de ellas- resuelve la inminencia de la cesación de pagos que pretende resolver?
De ninguna manera. Incluso con la amputación que ha sufrido la deuda pública, la fuga de capitales es incesante, esto como consecuencia de la crisis financiera mundial, que es más intensa que nunca. La salida de dólares no para, el fenómeno es general en los llamados ‘países emergentes'. Argentina ha sufrido una sangría de 23.000 millones de dólares en poco más de un año. Por otro lado, hay una manifiesta caída de los precios de exportación. Como la estatización de las AFJP ha sembrado el temor en el capitalismo mundial de que otros países puedan hacer lo mismo, esto porque la bancarrota del sistema privado es internacional, la tendencia a la fuga de capitales se habrá de acentuar. Argentina está afectada por una presión devaluatoria del peso, que tiene alcance internacional como lo demuestra la desvalorización que sufren México, Turquía, Brasil, Rusia, Corea del Sur, Hungría, Letonia - e incluso la Unión Europea y en especial Gran Bretaña. Además, la jornada del miércoles dejó en claro que hay en marcha un ‘golpe de mercado' contra la estatización de las AFJP. La estatización debe ir más allá: se impone nacionalizar los bancos sin indemnización; establecer un control obrero de los bancos estatales; nacionalizar el comercio exterior y poner un control de cambios; prohibir suspensiones y despidos; repartir las horas de trabajo sin afectar los salarios.
Se ha abierto en Argentina una perspectiva de agudización de la crisis política: el equilibrio precario que dejó el conflicto por las retenciones de la soja se ha vuelto a quebrar aún más decisivamente. Asistimos al fenómeno de un gobierno capitalista que toma una medida parcial de amputación de un gran negocio capitalista, forzado por una crisis mundial gigantesca. Es necesario ver ambos lados de la crisis en forma unificada: un choque de un gobierno patronal con una fracción del capital, como un intento para evitar una quiebra de conjunto del régimen capitalista. "La idea de usar los fondos de la seguridad social para evitar la cesación de pagos (o para pagar la deuda) el próximo año -dice el blog RGE que dirige el afamado Nouriel Roubini- debería causar un aguda caída de la confianza en el país y en su gobierno". Aquí hay un medio anuncio de que en el exterior le han bajado el pulgar al oficialismo. Hagamos notar que la crítica a la intervención del gobierno en las AFJP parte de uno de los partidarios de un rescate ‘progresista' del sistema capitalista internacional.Una campaña por un programa de medidas urgentes y transitorias como las señaladas debe apuntar a desarrollar las alternativas estratégicas al régimen capitalista, en primer lugar un reagrupamiento obrero independiente que impulse el objetivo de la unidad socialista de América Latina.

Que no pasen los despidos ni las suspensiones

CGT: Ni empleo ni salario
Como una marabunta se desencadenan despidos, supresión de turnos, caída de contratos, suspensiones y cortes de extras en numerosas ramas de la industria.
El epicentro aparece en Renault y en el conjunto de la industria automotriz, autopartista y del neumático. La planta de Santa Isabel, en Córdoba, decidió el corte de 500 contratos y 120 despidos de efectivos de acá a fin de año, sobre un total de 1.500 compañeros, con el aditivo de suspender toda la producción hasta ese entonces por diez días con pago al 70%. Volkswagen anunció la supresión del cuarto turno de sábados y domingos, el corte de extras y anticipo a diciembre de las vacaciones. Iveco, después de la suspensión de 24 horas, estudia suspensiones rotativas General Motors suspende la última semana de octubre.
Se trata apenas de la punta del iceberg. Daniel Miranda, del Smata Córdoba, informó que la autopartista Polymont, que hace mantenimiento para Renault, quiere reducir 27 puestos de trabajo y otra autopartista, Denso, que fabrica condensadores y equipos de refrigeración, también llevó a cero las horas extra" (Crítica, 18/10). En la misma actividad, la industria del neumático ha despedido centenares de compañeros y ahora adelanta las vacaciones a noviembre. En Peugeot despidieron 40 contratados, cortaron las horas extras y no se habla de otra cosa que de los mil despidos como resultado de la supresión del turno noche.
Easy fue noticia y conmovió a la opinión pública con su anuncio de 350 despidos, que fueron "postergados" como consecuencia de un paro fulminante. Este caso, al igual que el anuncio de 100 despidos de Alpargatas de Uruguay ("avisaron desde Argentina que anulaban toda compra hasta fin de año por caída de la demanda" - ídem- ) indica que no se trata sólo de la caída de los pedidos de autos de Brasil o del cambio desfavorable con ese país, sino de una violenta caída del consumo argentino, consecuencia directa de la caída del poder adquisitivo de los salarios.
La burocracia sindical, además, está ocultando situaciones críticas en innumerables ramas de la industria. En gráficos hay despidos en Alcar y Transtex, ambas fabricantes de tarjetas de crédito. Los metalúrgicos de la zona oeste denuncian despidos en Imsa, Mecanizada Ituzaingó, Meca Castelar, y amenazas de suspensiones en Ecotermo. En la construcción pasaron 60 mil obreros a "libreta de desempleo", el crecimiento de la actividad fue casi nulo en agosto respecto del año anterior y se prevé una caída en septiembre.
Ninguna de las fracciones de la burocracia sindical tiene una salida para los trabajadores frente a la crisis. La CGT no habla de salarios porque dice que hay que "defender el empleo". El Confederal de la CGT resolvió "mandatar al consejo directivo para acuerdos sociales en este sentido".
Luego de contactos febriles, se descartó la idea de un "pacto social". En su lugar vinieron las reuniones en Olivos, con la UIA, la asociación de banqueros y hasta con la patronal agraria, para discutir la devaluación monetaria y medidas proteccionistas.
El fracaso de la "unidad obrero patronal", sin embargo, no puede ser mayor. Los empresarios dijeron que "hasta el verano suspendemos y cortamos extras, mandamos al freezer los proyectos de inversión, después las decisiones serán inevitables" (La Nación, 18/10). Sergio Massa se mostró contento porque "se involucraron en el monitoreo". Fuera de este palabrerío, nunca una crisis se tradujo tan rápido en despidos y suspensiones.
El gobierno finge proteccionismo preparando un "listado de 21 mil valores referenciales (aduaneros), en especial textiles" contra la competencia extranjera.
En conclusión, la política de la CGT, seguidista del gobierno y su "burguesía nacional", no depone el salario para defender empleo, sino que agrava una y otra cosa al mismo tiempo. Una política de defensa de los trabajadores ante la crisis empieza por la prohibición de despidos y suspensiones, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, por paritarias que actualicen salarios y por aumento de jubilaciones. Sigue por la inmediata reanudación de las obras públicas paralizadas suspendiendo todo pago de deuda externa; por la formación de comités obreros para reconvertir aquellas industrias que lo requieran, por un plan de industrialización bajo gestión obrera, por el control de cambios y la nacionalización de la banca para volcar el recurso financiero en función de esta política.
Difundamos este programa, impulsemos asambleas ante los primeros síntomas, reclamemos congresos de delegados con mandato de las fábricas. Cada seccional debe "monitorear" la situación y establecer una política colectiva, todos en función de la fábrica atacada: que no pasen los despidos y las suspensiones.

La huelga docente debe triunfar

Una crisis política en la Ciudad
No es un hecho casual que la primera crisis política del gobierno de Macri provenga de un enfrentamiento con el movimiento obrero de la Ciudad. A un año de gobierno, las únicas "obras" y "transformaciones" que acredita el PRO son las penurias de los hospitales públicos, el recorte de las becas estudiantiles, el desmantelamiento de los centros culturales y talleres municipales, entre otras agresiones al pueblo de la Ciudad. Desde que comenzó la huelga docente, el gobierno macrista se escuda en la "falta de fondos" o en la "imposibilidad de reasignar partidas". Nada de eso tiene la menor importancia: el nivel de "subejecución" presupuestaria -dinero no gastado- es el más alto de la historia. Las contratistas de la basura acaban de recibir un aumento de 200 millones de pesos, el doble de lo que representaría el reclamo docente. La intransigencia de Macri para con los maestros sólo tiene un significado político: para el gobierno, la huelga es una "prueba piloto" respecto de todos los movimientos de lucha de la Ciudad. Macri quiere derrotar a los docentes para "poner orden" en los hospitales, reparticiones, talleres y escuelas. Está en juego, en definitiva, la política de privatización integral de la Ciudad y de su presupuesto.

El kirchnerismo
La huelga docente porteña no sólo desafía al macrismo. El reclamo del aumento salarial docente golpea cuando las burocracias sindicales, junto al gobierno, han cerrado filas para imponer un congelamiento salarial. Ello, en nombre de una defensa de "los puestos de trabajo" que no existe, puesto que los patronales han comenzado una escalada de despidos, mientras fugan capitales del país. ¿Puede sorprender, en este cuadro, que la policía de Aníbal Fernández y Cristina se haya puesto a la orden de Macri para reprimir a los docentes porteños? Los funcionarios y sindicalistas K, desde Filmus a Baradel, han salido a repudiar la "represión de Macri", pero saben muy bien que "Mauricio" no podría tocarle un pelo a los maestros sin la Federal y sin el aval del Ministerio de Justicia. Una carpa similar, pero de la Conadu Histórica, fue desalojada días atrás frente al Palacio Pizzurno, y la misma suerte había corrido el movimiento piquetero en julio, en la Plaza de Mayo. El kirchnerismo no quiere la victoria de esta lucha, y ello se manifiesta en todas sus expresiones porteñas. El bloque legislativo K deshoja la margarita desde hace semanas, con propuestas de "reasignación" de partidas. En nombre de los trámites legislativos, la dirección sindicalista de UTE "maneja" la huelga con un régimen de paros quincenales, y rechaza un plan de lucha escalonado y progresivo. Para ello, simula una negociación que no existe, puesto que Macri mantiene su negativa cerrada a cualquier aumento.
La dirección de UTE esperaba "administrar" los paros hasta las elecciones docentes de la próxima semana. Pero Macri no ha consentido el margen para esos devaneos: él quiere la derrota de la huelga. La represión ha polarizado la situación, obligando a Ctera a declarar el paro nacional. El nuevo cuadro no deja lugar a ambigüedades, exige una política para ganar. Esto es lo que vienen reclamando, precisamente, las autoconvocatorias docentes que durante la semana pasada exigieron a UTE un paro de 72 horas. Tribuna Docente y la Lista Rosa batallan, en este cuadro, por extender las asambleas y autoconvocatorias a todo el distrito, y por una asamblea general docente de todo el distrito, que vote un plan de lucha hasta quebrar al privatizador de la Ciudad.

Bolivia: Evo Morales entrega hasta su propia Constitución

El Congreso boliviano se atribuyó facultades constituyentes para modificar unos cien artículos de la nueva Constitución y someterla a referendo el 25 de enero. Además, convocó a elecciones generales para el 6 de diciembre del año próximo. Bajo la presión de decenas de miles de obreros y campesinos concentrados en La Paz, el parlamento sesionó hasta última hora del lunes 20 para aprobar una "ley interpretativa" por la cual se dio a sí mismo facultades constituyentes. Evo Morales promulgó esa norma el martes 21 a las 3 de la madrugada. Así se hizo posible introducir las modificaciones acordadas por el MAS con los derechistas de Podemos, Unidad Nacional (UN) y Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
Más allá de limitar la reelección presidencial a un solo periodo, de modo que Morales podrá presentarse en 2009 pero no en 2014, la derecha obtuvo la principal de sus demandas: la cuestión de la tierra. El vicepresidente, Alvaro García Linera, dijo que "los resultados del referendo, sobre la tenencia de 5 mil o 10 mil hectáreas, no afectarán a quienes posean esas tierras hasta antes de la consulta y mientras cumplan con la función económica y social" (ABI, 20/10).
En cuanto a las autonomías, García Linera indicó que "se ha logrado un capítulo mucho más completo, sólido y de mayor vinculación con las expectativas de las regiones de Tarija, Beni, Santa Cruz y Pando" (ídem). De todos modos, ese rubro puede conocer más modificaciones porque el Congreso se ha dado un mecanismo interno que le permite volver sobre la cuestión.El ex vicepresidente de la Constituyente y rector de la Universidad Mayor de San Andrés, Roberto Aguilar, lamentó que no hubiera sido aquel organismo el que modificara el texto constitucional, pero, añadió, "los intereses del país están por encima de las instituciones. Si con esto logramos que se consolide el proceso de cambio, se avance en el referendo constituyente y que tengamos una nueva carta magna, creo que hay que acompañar este proceso" (Erbol, 19/10). Casi una rendición formal.
Por el lado de la derecha, el diputado Guillermo Mendoza, de Unidad Nacional, declaró: "Tal vez haya dos o tres disidentes (dentro de su partido), pero vamos a viabilizar este proyecto de convocatoria de referendo. Para el disfrute, es una de las constituciones más progresistas de la historia, en materia social es fantástica y sublime" (ídem). A todo esto, tanto la derecha como el gobierno sostienen que se ha consumado, por fin, el "gran acuerdo nacional" (Erbol, 20/10).
Ese acuerdo tiene el aval entusiasta no sólo de la Unasur; además, al coro de elogios se ha añadido la OEA, cuyo emisario, el ex presidente chileno Raúl Lagos, dijo en La Paz: "Este es el triunfo, no particular de nadie; es de Bolivia porque se han completado todas las voluntades, se ha llegado a acuerdos y eso es lo importante en la construcción de un nuevo país" (ABI, 21/10).

Las voces discordantes
Como se advierte en la primera lectura de la simple información, los nombres de Rubén Costas, Branko Marincovic, Mario Cossío o la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) han desaparecido de los primeros planos: La fuerza de choque, la expresión declaradamente fascista de los cien clanes de terratenientes, agroindustriales, narcotraficantes y contrabandistas que controlan la vida política y económica de la "media luna", cedió su lugar a la representación política parlamentaria de esos mismos clanes.
Fracasada, debido a la poderosa movilización popular que se le opuso, la intención de imponer manu militare el derrocamiento de Morales y/o la secesión de la "media luna", los derechistas debieron dejar las pistolas y las cachiporras e ir, como prolijos ciudadanos, a discutir párrafo por párrafo el texto de la Constitución a la que habían jurado no aceptar jamás. Ese paso no les ha sido gratuito: los partidos de la derecha se rompen, la UJC destituye a sus jefes y la Falange Socialista Boliviana (FSB) grita "traición".
De parte del oficialismo, la ex presidenta de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, ha dejado oír su voz discordante al reprobar que el parlamento haya asumido funciones "que no le competen" para modificar el texto de la Constitución. "Ellos no son quién para modificar y tampoco para aprobar", dijo el lunes 20 por la noche, en la plaza Murillo (Erbol, 21/10). También se opuso a las modificaciones Román Loayza, de la Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam), un dirigente histórico del MAS a quien han raleado por sus desacuerdos con la política del gobierno. Igual actitud asumió Oscar Olivera, caudillo de la "guerra del agua" en Cochabamba en el año 2000, dirigente de la Federación de Fabriles cochabambina.Otros, como Fidel Surco, también de la Conalcam, que habían prometido no aceptar "ni que se cambie una coma", ahora sostienen, como Aguilar, que se ha debido ceder "en nombre de la paz" (Fides, 21/10).
Se tiene ahora una situación de apariencia contradictoria. El gobierno impidió que el movimiento de masas aplastara la sedición derechista y, al mismo tiempo, aprovechó los golpes propinados a la derecha por obreros y campesinos para organizar la "mesa de diálogo" que Morales propone desde el primer día. En ese "diálogo" hizo concesiones tales que se ató a sí mismo las manos hasta para ser reformista. El MAS esterilizó, ya no una "reforma agraria" que nunca proclamó sino incluso el "ordenamiento de tierras" propugnado por el oficialismo, además de darle a la derecha poder de veto en las autonomías. Por eso tanta felicidad en Podemos, en Unidad Nacional, en el MNR y, claro, en la OEA y la Unasur. También, como veremos, en la Unión Europea.

Perspectivas
La Unasur no hizo en la crisis boliviana nada distinto de lo que se proponía hacer la OEA: impedir que las masas resolvieran el asunto por sí, mediante el aplastamiento de la derecha. Vieron el peligro de una salida revolucionaria, de una guerra agraria regional, y organizaron una cruzada contra esa posibilidad. Por ahora, lo han logrado.
¿Por qué, en ese caso, se desplazó a la OEA en la resolución del conflicto? Desde el primer momento, al designar embajador a Philip Goldberg -ex operador de la CIA y del Departamento de Estado en Kosovo-, Washington mostró sus cartas: el golpe e incluso la secesión. Es decir, un imposible, una variante para la cual no había internacionalmente el menor espacio.
En ese punto, como en tantos otros, los intereses norteamericanos chocaron con los de la Unión Europea y, sabido es, los vínculos comerciales y de todo tipo de América Latina con Europa - muy especialmente de Brasil- crecen sostenidamente. Además, la crisis boliviana se desarrollaba mientras Lula enviaba buques de guerra a prote
ger su plataforma petrolera submarina... de los patrullajes en esa zona de la IV Flota de los Estados Unidos.
En cambio, la UE, taxativamente, "se suma a la Declaración de la Moneda", de la Unasur (Consejo de la UE, 19/9). El embajador español ante ese Consejo y eurodiputado socialista, Emilio Menéndez del Valle, celebró que "por primera vez Suramérica intenta resolver sus problemas evitando que intervenga Estados Unidos, país que, por cierto, se abstuvo de hacer manifestación alguna similar a la de La Moneda, lo que califica de por sí la política estadounidense en la región" (El País, 15/10).
Así las cosas, Bolivia ha sido teatro de una pugna inter-imperialista y de un pacto regional contrarrevolucionario. Morales ha cedido a la derecha boliviana porque antes claudicó ante esas presiones internacionales.
Por ahora, las inevitables fracturas y diferenciaciones en la base social que sostiene al gobierno del MAS sólo se manifiestan en cuanto tendencias, que emergerán inevitablemente en cuanto quede claro que Morales se ha entrampado a sí mismo en este acuerdo. Entretanto, como hace poco más de un mes la derecha no quería dialogar, atacaba por la fuerza al oficialismo y hasta impulsaba la guerra civil, y ahora en cambio la movilización popular la ha obligado a firmar un "acuerdo nacional" con el MAS, el gobierno se ha dado modos para presentar su claudicación como si fuera una victoria. Es una maniobra de vuelo bajo, sin perspectivas históricas.
Esa maniobra se ha visto facilitada porque la clase obrera, en buena parte, se ha diluido en la masa campesina durante todo el conflicto reciente. A su vez, esa masa campesina ha ido detrás de una variante indigenista del nacionalismo burgués, como a fines del siglo XIX fue detrás de los liberales contra los conservadores, o en 1952 detrás del MNR contra la "rosca" minera. Siempre fueron traicionados y hasta masacrados por los mismos que se habían respaldado en ellos contra sus enemigos circunstanciales.
Una alternativa propia del campesinado es históricamente imposible, tanto como es imposible un régimen social de pequeños productores, de parcelarios. Tan imposible como el "capitalismo andino" de García Linera.
Se trata, por lo tanto, de que Bolivia encuentre la indispensable dirección obrera para las luchas que vienen.

martes, 21 de octubre de 2008

Abajo la represión de Macri: TODOS SOMOS DOCENTES

Los docentes de la Capital están parando y movilizandose por un reclamo más que justo: el aumento salarial en un cuadro inflacionario. Se trata de una reivindicación sentida del conjunto de los trabajadores del país, que sufren el congelamiento de sus ingresos mientras aumenta sistemáticamente la canasta básica familiar.

Es por eso que Macri se ha volcado con fuerza a derrotar la lucha docente: no quiere que el conjunto de la docencia nacional tome un triunfo de los maestros de la Capital como un ejemplo para iniciar huelgas y movilizaciones por sus reivindicaciones. En definitiva, Macri constituye el laboratorio político a través del cual los capitalistas probarán su capacidad de descargar la crisis económica en curso sobre las espaldas de los explotados. Para Macri, la huelga de los docentes es una "prueba piloto". Si avanza sobre los maestros, reforzará luego su ataque a la salud, a la vivienda popular y a todas las conquistas sociales.

Sin embargo, la represión ha demostrado que en esta tarea, la de evitar cualquier aumento salarial, Macri tiene un aliado fundamental: el gobierno nacional de los Kirchner. La policía federal que atacó a los maestros de la Ciudad actúa bajo la orden del Ejecutivo nacional. Evidentemente, quien menos desea que los trabajadores del país tengan un ejemplo de lucha es la camarilla oficial que gobierna el país.

Lamentablemente para ellos, luego de la represión la lucha docente ha recibido un fuerte espaldarazo por parte de distintas organizaciones populares, sindicatos, centros de estudiantes. La propia CTERA a nivel nacional se ha visto obligada a convocar un paro en las escuelas de todo el país. Los trabajadores y los explotados repudian la represión sobre la docencia que levanta un planteo de todo el pueblo.

La burocracia de UTE, sin embargo, continúa administrando el paro con medidas aisladas unas de las otras, cuando la represión y la intransigencia del macrismo deberían ser respondidas con un enérgico plan de movilización y con la huelga general hasta triunfar. Esta es la perspectiva sobre la base de la cual tenemos que intervenir los luchadores en esta pelea.

Finalmente, si triunfan los maestros, vamos a defender mejor a los hospitales públicos, los centros culturales y talleres municipales que Macri quiere vaciar. Si triunfan los maestros, le abrimos paso al reclamo de un aumento salarial para todos los trabajadores, estatales y privados. Ello, cuando los Kirchner y "sus" empresarios quieren imponernos un congelamiento salarial, mientras fugan "sus" capitales. Por eso, la policía del gobierno nacional se puso a las órdenes de Macri para reprimir a los docentes.
Desde adentro y desde afuera de las escuelas; con asambleas de estudiantes, de padres y de vecinos en todos los distritos, tenemos que redoblar el apoyo a la huelga docente. Mauricio necesita una "lección", los maestros se la pueden dar.

RECUPEREMOS EL SISTEMA PREVISIONAL CON EL 82% MOVIL

Declaraciones de Jorge Altamira ante el proyecto de ley que pone fin a la jubilación privada

La decisión oficial de poner fin a las AFJP expresa la bancarrota sin atenuantes de un sistema concebido para confiscar una fracción de los salarios de los trabajadores mediante su canalización hacia la especulación financiera. La crisis mundial ha destruido esta bicicleta confiscatoria, como lo demuestra las pérdidas enormes que registran los fondos de pensiones en todo el mundo: dos billones de dólares en Estados Unidos, 20.000 millones de dólares en Chile, 20.000 millones de pesos en Argentina – en este caso, la tercera bancarrota en una década (tequila de 1995/6, diciembre 2001).
La decisión que se convertirá en proyecto de ley en pocas horas, expresa también el fracaso del intento del gobierno por preservar la jubilación privada, autorizándola a contabilizar sus activos a valor histórico. Con casi el 60% de ellos invertido en deuda pública que se cotiza a 22 centavos de peso o dólar, el resultado iba a ser un vaciamiento más o menos inmediato de las AFJP, que serían obligadas a financiar los retiros con los ingresos de los afiliados laboralmente activos. La cirugía de este sistema confiscatorio se imponía por toda la lógica de la bancarrota mundial, contrariando los compromisos del gobierno con los banqueros que operan las AFJP.
Esta decisión inevitable, sin embargo, comporta de inmediato un desfalco, que ilumina las verdaderas intenciones del gobierno. Es que aunque el traspaso final de afiliados a las AFJP al sistema oficial entrañará un incremento enorme de la deuda pública implícita (o sea el pago de las futuras jubilaciones), en lo inmediato significará el ingreso a las arcas de la ANSES de unos 15.000 millones de pesos de parte de los aportantes, que el gobierno entiende utilizar para cubrir los compromisos de pago de la deuda externa de 2008/2009 – incluido el Club de París, y también los compromisos a futuro del Banco Central por unos 15.000 millones de dólares.
El gobierno está convencido que podrá compensar, ante los banqueros, la cancelación de este negociado privado con la financiación del pago de la deuda en los dos años próximos, y que recuperará la cotización de la deuda pública. Se llevará un chasco.
¡Pero la situación del sistema oficial no difiere del privado, pues los activos de la ANSES están colocados en los mismos títulos que las inversiones de las AFJP, y la ANSES financia el derrumbe de estos títulos incumpliendo con el 82% móvil y adoptando un sistema de movilidad que implica que no habrá aumentos de jubilaciones por un largo tiempo! Al igual que las AFJP, no garantiza los derechos que otorgan varias décadas de trabajo y de aporte provisional. Uno de los componentes de esa movilidad, los salarios, serán objeto de un congelamiento, y el otro componente, la recaudación fiscal, no registrará incremento como consecuencia de la recesión y de la caída de los precios internacionales.
Para que la transformación de las pensiones en sistema pública sea un factor de progreso social, y no otro desfalco, es necesario establecer el derecho al 82% móvil y cubrir las necesidades de financiamiento gravando las ganancias extraordinarias acumuladas por bancos y empresas comerciales, industriales y agrarias a lo largo de los años recientes.

viernes, 17 de octubre de 2008

SALVAR AL CAPITAL O DEFENDER A LOS TRABAJADORES

El valor de los capitales de los grandes pulpos bancarios e industriales se ha caído en picada.
Los bancos en Estados Unidos han perdido el 66% de su valor en un año.
General Motors, el 90% de su valor; General Electric, el 50%; Tenaris, el 70% en cuatro meses; son apenas una muestra de una realidad generalizada.
Han quedado en esta situación como consecuencia de la caída de su expectativa de beneficios, por un lado, y de su endeudamiento extraordinario, por el otro.
Ahora reclaman fondos del Estado para salir de su estado de bancarrota, pero ningún estado del planeta tiene los medios financieros para salvar al capital en su conjunto.
Aun así, el gobierno de Estados Unidos, por ejemplo, ya ha comprometido billones de dólares para asistir a sus grupos más poderosos, dinero que dejará de ir a los gastos sociales y obligará a un endeudamiento colosal del Estado.
Pero para el rescate del conjunto del capital el dinero no alcanza, la única salida son las suspensiones y despidos de trabajadores de sus empresas; la reducción de los salarios, sea por vía directa o por medio de la hiperinflación; el incumplimiento de las promesas de pagar las jubilaciones en función de los aportes efectuados; el despojo de los ahorristas; el achicamiento de los presupuestos de salud y educación; el desalojo de millones de personas de sus viviendas, sea porque no pueden pagar el alquiler o la hipoteca de su propiedad.
El rescate del capital plantea la emergencia de nuevas guerras y el pillaje de los pueblos.
¿Pero no hay otra salida?
Absolutamente sí.
Si el capital no puede mantener en producción la gigantesca maquinaria que ha creado la humanidad, debido a la anarquía de su organización social y al afán incesante de lucro de los capitalistas, los trabajadores debemos hacernos cargo de esa maquinaria, para ponerla al servicio de las necesidades de la mayoría.
Los Kirchner han asumido la responsabilidad de rescatar al pulpo Techint (Tenaris) o a las automotrices o al capital sojero, que mira impotente la caída del precio internacional de la soja.
Para proceder a ese rescate prepara la devaluación del peso, lo que ocasionará mayores miserias para los trabajadores.
Los K ya permitieron la salida de 23.000 millones de dólares en poco más de un año, sin recibir la menor reprimenda de los Buzzi, Carrió o Macri; siguen ofreciendo subsidios a los empresarios, que luego desvían ese dinero hacia la fuga de dólares.
Con la devaluación del peso buscan desvalorizar los salarios y las jubilaciones, y propinar un nuevo golpe a lo que resta de los ahorros depositados en los bancos.
Los secundan en esa labor la totalidad de los partidos patronales, sean de derecha o de centroizquierda, y hasta han logrado que comiencen a colaborar la Unión Industrial y la Mesa de Enlace sojera.
Pero hay otra salida: nacionalizar los bancos y el comercio exterior; establecer el control de cambios; prohibir suspensiones y despidos y repartir las horas de trabajo; terminar con el saqueo de la deuda externa; aumentar de inmediato los salarios y las jubilaciones.
Con este programa podemos unir a los trabajadores de toda América Latina, y convertir a los peligros que vienen de la crisis en los países vecinos en un factor de colaboración entre nuestras clases obreras y campesinas.

Conspiran contra el país: los K y todos los partidos patronales

No a la devaluación, no a las suspensiones o despidos, por la nacionalización sin pago de los bancos y del comercio exterior, por el desconocimiento de la deuda externa

La atención al desarrollo de la crisis en las bolsas y bancos de Europa y de Estados Unidos ha provocado el descuido hacia lo que se ha convertido, en los últimos días, en uno de los focos más explosivos de esa crisis: nos referimos al derrumbe acelerado de numerosos países ‘emergentes' (que, como se ve, quedarán incluso por debajo de esa condición por mucho más tiempo). En la mayor parte de ellos, la desestabilización pasa fundamentalmente por la fuga de capitales, la cual arrasa con las bolsas y el sistema bancario y causa una generalizada devaluación de la moneda. Países como Pakistán e incluso la India; Turquía o los de Europa del Este; Brasil, México o Argentina han ingresado en el ojo del huracán a una velocidad inusitada. No solamente las caídas de los precios de sus exportaciones y un elevado endeudamiento internacional empujan a los capitales a buscar refugio bajo otros cielos, sino que la misma mecánica de la crisis mundial obliga a las sucursales de los pulpos internacionales a repatriar capitales para hacer frente a la bancarrota de sus propias casas matrices. Esto explica la contradicción de que la crisis norteamericana produzca una mayor valorización del dólar en detrimento de las divisas de los demás países. En algunos países, la fuga de capitales suscita de inmediato una crisis bancarias y el derrumbe del crédito, pero en todos ellos amenaza con quebrar de inmediato la estabilidad de las monedas y crear situaciones hiperinflacionarias. En todos estos países, los gobiernos adoptan medidas destinadas a proteger a los bancos y a las principales empresas capitalistas mediante subsidios o facilidades de acceso al crédito. Lo que en realidad ocurre es que ese dinero aportado livianamente por el Estado va a parar de inmediato al mercado de cambios y produce el derrumbe monetario.

Reuniones conspirativas
En Argentina hemos asistido desde el año pasado a una implacable fuga de capitales, 23.000 millones de dólares, que fue compensada en el mercado de cambios por el superávit del comercio exterior. Esta fuga se ha acentuado ahora, como lo revela la pérdida de divisas del Banco Central y la continua devaluación del peso. Como en otros ‘emergentes', el gobierno promete apoyos de distintos tipos a las empresas y pymes, incluso a sabiendas de que los llevan a la compra de dólares. La fuga mayor de divisas se produce en el mercado mayorista, donde operan bancos y grandes empresas. Aun así, la semana pasada, el ministro de Economía, Carlos Fernández, y el presidente del Banco Central, Martín Redrado, mantuvieron repetidas reuniones reservadas con los grandes industriales de la UIA, los banqueros y los ruralistas de la Mesa de Enlace, para rendir cuentas de la política cambiaria y financiera oficial; volvieron a repetir esa reunión con el agregado de capitalistas brasileños y del presidente del Central de Brasil, un hombre de los bancos norteamericanos (Enrique Miralles). Era lo único que les faltaba a estas patronales para poner a buen resguardo sus capitales y operar contra el peso argentino. En La Nación del domingo pasado, Miguel Broda, el gurú de los capitales internacionales que operan en Argentina, anunció sin pelos en la lengua que esos capitales quieren la megadevaluación del peso. Al comienzo de la semana, se había desatado una campaña en regla para devaluar el peso en un porcentaje fuerte. Sojeros, gorilas, pejotistas, cívicos de Carrió, Lozano, nacionales y populares de K, comenzaron a hacer presión por la devaluación, incluso con el argumento capcioso de que, de otro modo, "perderíamos competitividad frente a Brasil". Todos habían olvidado de golpe que el real brasileño se había revalorizado un ciento por ciento frente al peso argentino durante los últimos años.

La CGT y la CTA encubren a los devaluadoresLa devaluación va a arrasar con la economía de los trabajadores. No es necesaria, ni mucho menos inevitable. Hay dos medidas que la prevendrían: el control de cambios y el racionamiento de la entrega de divisas, y la nacionalización de los bancos (y un control obrero del Nación y del Provincia), para impedir la devaluación del peso y el peligro de otra hiperinflación. Estas medidas sencillas de salvaguardia nacional anularían las deudas que el Banco Central ha contraído con los bancos privados y en el mercado de futuros. La plata no es de los bancos sino de los depositantes, lo único que hay que garantizar es el derecho de los depositantes y el poder adquisitivo de sus ahorros.
La CGT y la CTA, sin embargo, no ven las cosas de esta manera y dicen buscar un acuerdo social con las patronales para evitar despidos y suspensiones. Es puro encubrimiento: antes de que se hagan el tiempo para sentarse a conversar, la especulación capitalista habrá terminado con las reservas nacionales y con el peso. La CGT y la CTA deben romper con las patronales que están conspirando contra el país, o sea contra todas las clases laboriosas, y reclamar el control de cambios bajo supervisión obrera, la nacionalización de los bancos y el control obrero de los estatales, y el monopolio del comercio exterior. No deben permitir suspensiones o despidos, recurriendo a la lucha más contundente.
Los capitalistas están conspirando contra el peso con la complicidad del Banco Central y por lo tanto del gobierno. Estos han dejado salir a los capitales del país y han endeudado al Central hasta el límite. Como ya lo hemos informado desde estas páginas, ha vendido dólares a futuro, vaciando las reservas en divisas, y lo ha hecho a un tipo de cambio de 3 a 3,10 pesos por dólar, de modo que cuando deba vender los dólares a esos precios, luego de una devaluación, tendrá pérdidas multimillonarias. El gobierno nacional y popular y todos los partidos patronales conspiran contra el país. Los capitalistas reclaman la devaluación monetaria porque tienen un seguro sobre sus propias deudas con el exterior. Pero para los trabajadores la devaluación es desocupación e hiperinflación.
Los K insisten en querer pagar la deuda externa y están tomando medidas para asegurar su pago hasta finales de 2009. Esto lleva al hundimiento financiero del país. Pero resulta que la propia crisis ha desvalorizado a la misma deuda externa, que en el mercado se cotiza a menos de 40.000 millones de dólares de un valor nominal de 150.000 millones. Insistir en pagarla es ofrecer un premio del 400% a los usureros internacionales.

Campaña
Llamamos a todos los trabajadores a unirse a una campaña por la nacionalización de los bancos y el comercio exterior, el control de cambios y la prohibición de suspensiones y despidos.

UBA: elecciones en Psicología y Farmacia

Muy buenos resultados de la UJS-PO

Los resultados de las elecciones de centros de estudiantes de las facultades de Psicología y Farmacia muestran que se profundiza la tendencia que ya se manifestó en las recientes elecciones realizadas semanas atrás, en Medicina, Veterinaria, Económicas y Derecho y, un poco más atrás, en Odontología.

Psicología

En Psicología, el frente EPA, integrado por la UJS-PO y El Brote, volvió a ganar por amplio margen en las elecciones, siendo reelecto Alejandro Gómez, del PO, como presidente del Centro. El resultado obtenido es particularmente meritorio dado que el MST se fue del EPA para armar un bloque ‘chacarero' con el PCR. Así y todo, las diferencias fueron sustanciales: el EPA superó el 40% de los votos, mientras el bloque MST-PCR rozó el 17%; el tercer lugar fue para Libres del Sur con el 15,2%.El otro dato significativo es el estancamiento de Libres del Sur, que esperaba un resultado mayor. Los mató la tarea de desenmascaramiento como agentes del gobierno llevada adelante por el EPA. Por el lado de la Franja, se produjo un verdadero derrumbe. El año pasado, una de sus agrupaciones (Edea) llegó a sacar el 20% de los votos. Ahora se unieron sus dos fracciones y no pasaron del 5%. Su retroceso fue del orden del 80%.Las autoridades de la Facultad intervinieron de una manera muy particular en la elección para perjudicar al EPA. Junto con la burocracia del gremio no-docente resolvieron dejar de limpiar la Facultad durante toda la semana, con la excusa de que el Centro (es decir el EPA) había realizado actividades sin autorización y así responsabilizar de la suciedad de la Facultad a la conducción del Centro de Estudiantes. Dichas actividades fueron nada más ni nada menos que un festival y una serie de clases públicas para exigir concursos limpios en la Facultad, frente a los jurados puestos a dedo por el decanato. Pero mientras la mugre se acumulaba en los pasillos y en las aulas, el Consejo Superior de la UBA resolvió rechazar el jurado propuesto por la Facultad para el concurso de la cátedra de Antropología, una de las pocas que está en oposición a la camarilla oficial. De esta manera, nos anotamos un triunfo importante en medio de la elección.

Farmacia

En las elecciones de Farmacia el dato significativo fue, indudablemente, la gran votación obtenida por la UJS-PO, que logró el segundo lugar con casi el 30% de los votos (29,54%). Se trata de un avance impresionante: en comparación con el año pasado, el crecimiento es del orden del 60% y respecto de las elecciones no-obligatorias de hace dos años el avance es superior al 100%.El crecimiento de la UJS-PO fue a expensas de todas las fuerzas de la Facultad. La agrupación que dirige el Centro, vinculada a la Franja, retrocedió varios puntos; los kirchneristas, que fueron los principales derrotados, perdieron el segundo lugar y quedaron a 9 puntos de la UJS. Al igual que en Psicología, el desenmascaramiento de su carácter kirchnerista representó una dura derrota de la cual no se pudieron levantar; el MST cayó varios puntos, a un marginal 5,5%, perdiendo el delegado para la Fuba. La lista del MST, además, era trucha: armada por los radicales para dividir los votos de la izquierda. Este tipo de cosas deben ser señaladas con énfasis para evitar que cuando se escuchen los discursos del MST a favor de la participación y de los "centros democráticos", todo el mundo sepa que se trata de una banda de estafadores profesionales que arman listas truchas a favor de la Franja y en contra de la izquierda.La campaña de la UJS-PO colocó en el centro del debate la Reforma limitacionista impulsada por las autoridades. Mediante dicha reforma se pretende avanzar con la implementación de la Coneau, la imposición del trabajo gratuito para los estudiantes y los posgrados arancelados. La lucha contra la reforma dividió aguas en la Facultad y polarizó la elección. Cuando con el transcurso de los días se hizo notorio que la UJS iba a realizar una gran elección, el oficialismo recurrió al método de realizar una campaña macartista contra el PO pero, como es evidente, no les dio resultado.

Balance

Realizadas ya las elecciones en casi la mitad de los centros de estudiantes, se puede concluir que la tendencia dominante indica que el kirchnerismo se encuentra en un retroceso abierto e imparable que concluirá en una dispersión generalizada. Los oportunistas que se colgaron del sello K buscarán otra forma de ganarse la vida. Por el lado de la Franja, la tendencia es también al retroceso, aunque de menor envergadura.La izquierda avanza, pero no de manera homogénea. Mientras las listas del PO obtienen resultados muy significativos, la izquierda democratizante retrocede, como sucedió en Farmacia o hace un par de semanas atrás en Medicina. Tampoco el PTS logra avanzar: oscila entre el liquidacionismo, el sectarismo y el ultimatismo.Los avances del PO representan el triunfo de una política de lucha sistemática contra la derecha y el gobierno desde una perspectiva independiente. La identificación de esos objetivos con el PO plantea un campo de acción muy significativo para el desarrollo de una alternativa socialista.

Discuten la estatización de la economía mundial

No funcionan los rescates ni los salvatajes

El domingo 12 por la noche, los principales gobiernos de la Unión Europea anunciaron el plan que, por fin, podría encauzar la crisis financiera mundial; al día siguiente lo adoptó también el gobierno de Estados Unidos, que abandonaba (al menos en gran parte) el que había lanzado dos semanas antes, cuando el Congreso votó, luego de una seguidilla de traspiés y conflictos en la Cámara de Representantes, la adjudicación de 700.000 millones de dólares para la compra de activos invendibles en poder de los bancos y de otros actores financieros. La euforia que desató el nuevo paquete fue mucha pero duró poco: el martes al mediodía recomenzaba la caída de las Bolsas. Los que se apresuraron a saludar la revigorización política de la Unión Europa se quedaron con las ganas. La prensa internacional fue unánime en reconocer que el plan del fin de semana se adoptó bajo la presión del "pánico" y con la certeza de que si no se hacía algo, los mercados de capitales quebrarían al día siguiente y las Bolsas podrían quedar cerradas por tiempo indefinido. Del capital financiero se hubiera pasado, en tal caso, al trueque, como en parte lo están experimentando los ciudadanos de Islandia. El plan permitió evitar la caída del banco de inversión Morgan Stanley, que finalmente fue adquirido a precio de remate por el japonés Mitsubishi UFJ Financial Group Inc.

Buitres en acciónEl planteo de que el Estado comprara acciones en los bancos - en lugar de rescatar los activos dañados que se encuentran en sus balances- había estado en danza durante varias semanas. Ya lo había hecho, por ejemplo, Gran Bretaña, cuando compró el año pasado el escocés Northern Rock por alrededor de 30.000 millones de libras esterlinas; también lo había hecho ya Estados Unidos cuando otorgó un crédito de 85.000 millones de dólares a la aseguradora AIG, con la opción de convertir ese crédito en capital. Hace no más de diez días, Francia, Holanda y Bélgica se habían unido para rescatar al banco Fortis. Tres destacados personajes vinculados con las finanzas (el financiero Soros, el profesor Roubini y el editor del Financial Times, Martin Wolf) le habían bajado el pulgar al plan de compras de activos diseñado por Estados Unidos (aunque todos ellos suplicaron a los diputados norteamericanos que lo aprobaran con el pretexto de que debían evitar un colapso general) y propugnaron un rescate basado en la compra de acciones bancarias por parte del Estado (como se acaba de hacer). Como ya explicamos desde estas páginas, el plan norteamericano era inviable porque suponía un gasto mucho mayor que 700.000 millones de dólares (se estimaba un monto que variaba entre tres y medio y siete billones de dólares) y porque no había medio de valuar los activos invendibles, ni menos aún la voluntad y la capacidad política para imponer como precio de rescate el que rigiera en el mercado. Los activos de la quebrada Lehman Brothers, por ejemplo, se vendieron la semana pasada a 8,5 centavos de dólar, o sea con una desvalorización del 91,5 por ciento. Nadie que aún no hubiera quebrado aceptaría semejante descuento.
El plan de comprar acciones de bancos es, obviamente, ‘más barato' que el de comprar activos tóxicos o podridos, pues el capital bancario es apenas la 1/60 ava parte (promedio) de los activos y deudas inscriptos en los balances; además, los gobiernos sólo adquieren una parte de las acciones (las que no tienen derecho a voto). En forma inversa, claro, la compra de acciones de los bancos responsabiliza al Estado, eventualmente, por la totalidad de la deuda que tengan en sus balances. Los once principales bancos de Estados Unidos, que han ingresado al plan de venta ‘voluntaria' de acciones al Estado, tendrían activos y pasivos superiores a los treinta billones de dólares, mientras sus capitales están muy por debajo del billón.
Entre uno y otro plan (rescatar activos con problemas o parcialmente a los bancos) no existe, sin embargo, solamente una diferencia de concepto sino por sobre todo de intereses: el plan del Tesoro de Estados Unidos procura producir una concentración de los bancos más sólidos (dejó caer a Lehman Brothers y casi hace lo mismo con AIG), lo que supone que esos bancos continúen siendo independientes del Estado. Un plan similar de rescatar deuda podrida aplicado en Europa, también hubiera beneficiado a los bancos norteamericanos, porque éstos le vendieron esos activos podridos a los europeos (creando deuda norteamericana con Europa). De manera que el plan europeo fue una respuesta de la banca europea, principalmente de Gran Bretaña y de Alemania, a la ofensiva norteamericana - que contaba en Europa con el apoyo de Sarkozy y Berlusconi (el presidente del Banco Central de Italia, Mario Draghi, pertenece al mismo grupo económico - Goldman Sachs - que el secretario norteamericano Henry Paulson). De cualquier modo, los bancos que fueron objeto de la intervención estatal británica - el Royal Bank of Scotland y el HBOS- profundizaron su caída en el lunes de la euforia general, provocando al gobierno de su majestad una pérdida nominal de dos billones de dólares.

Un rescate que no rescataEl rescate de la banca con fondos públicos deja en pie la cuestión central de toda la crisis: ¿el rescate se hace para proceder a una liquidación ‘ordenada' de activos invendibles o tiene por finalidad lo opuesto: recuperar el mercado de capitales y su ‘modelo de negocios'? La primera variante significa producir una purga en todas las gamas del capital financiero y de los bancos y reducir su escala de negocios con el consiguiente impacto deflacionario y recesivo, o sea la depresión económica generalizada. La segunda estaría manteniendo al mercado de capitales bajo una carpa de oxígeno, echando el dinero público en fondos perdidos, lo cual, en definitiva, debería hundir igualmente a la economía en la deflación y la caída industrial. La función que cumple el rescate de un banco individual (evitar el contagio al conjunto del sistema) deja de ser válida para una bancarrota generalizada; en este caso no se puede evitar la purga del sistema de la mayor parte de los capitales comprometidos. Asimismo, el propuesto rescate de los bancos por parte del Estado no pasa de ser, por el momento, una propuesta o promesa de acción, porque aún queda ponerlo en marcha, y con ello poner en marcha también un programa de endeudamiento público en gran escala para financiar el rescate y los sucesivos requerimientos de fondos que plantean esos rescates. Estados Unidos está cerrando su ejercicio presupuestario con un déficit histórico de 460.000 millones de dólares - pero las previsiones de endeudamiento debidas a la crisis ya ascienden a varios billones. El déficit para el próximo ejercicio está previsto en 1,5 billones de dólares. El rescate estatal no quiere decir que el Estado tenga los fondos, sino que se refiere a la capacidad del Estado de apoderarse de suficiente capital-dinero, mediante endeudamiento e impuestos, para reciclarlo hacia el circuito bancario. Pero tanto el aumento de impuestos como un endeudamiento fuera de serie significarían un aumento colosal en las tasas de interés del conjunto de la economía. O sea que el rescate diseñado para evitar una recesión, se convierte en un factor autónomo de recesión.
En la re-caída de la Bolsa de Nueva York que siguió a las 36 horas de euforia inicial, se destacaron las empresas tecnológicas más que las financieras, lo que puso de manifiesto que la recesión ya se encuentra en marcha -con su secuela de caídas de ventas, ingresos y beneficios. Aún antes de ella, la industria norteamericana se encontraba con una elevada capacidad excedente e incluso con un endeudamiento elevado, en especial a corto plazo. La próxima etapa de la crisis se caracterizará, por lo tanto, por la bancarrota industrial. Esto se manifiesta ya en la industria automotriz: las ventas de GM cayeron en un solo mes ¡un 27 por ciento!, y junto con Chrysler y Ford enfrentan la posibilidad de presentar sus balances ante la Justicia. Las entidades financieras de la industria no están en condiciones de financiar las compras: se encuentran con enormes deudas o simplemente en bancarrota. Al cuadro de la industria es necesario adicionar la situación de estados y municipios, o la de algunos países enteros: California, la séptima economía del planeta, está en cesación de pagos y varios municipios se han declarado en quiebra - internacionalmente, Islandia, Dubai, India (la quiebra de bancos es inminente) y Pakistán tienen una situación similar, mientras Corea del Sur, Indonesia y Tailandia enfrentan salidas enormes de capitales y una decidida recesión, al igual que Brasil, México y los países de Europa del Este y el Báltico.

El rescate universal es el naufragio universalLos economistas con más ‘sensibilidades sociales' o los ‘progres' no solamente apoyan el rescate bancario; recomiendan, además, sumarle un capítulo social que rescate a los deudores hipotecarios o incentive el consumo. Proponen hacer ‘keynesianismo', pero no se han dado cuenta de que el ‘keynesianismo' es pertinente (lo que no quiere decir que funcione) una vez que se ha declarado la depresión económica. Obama propone una moratoria de tres meses en los desalojos, pero se opone a que el Estado refinancie las deudas hipotecarias, alegando que sería otro rescate para los bancos. El problema es que el consumidor está sobrendeudado y enfrenta una suspensión en el empleo o el despido: la economía norteamericana es un gigantesco escenario de deudas - públicas, privadas e internacionales- que supera seis veces el producto bruto anual. En definitiva, los que pretenden un rescate simultáneo de capitalistas y obreros, productores y consumidores, acreedores y deudores, deberían preguntarse quiénes se encargarían de poner la plata, puesto que los marcianos aún no han aterrizado. La serie infinita de variables que acumulan los planes en danza revela que estamos frente al derrumbe de una organización social y que por lo tanto se requiere una reestructuración completa de las relaciones sociales. Si el proletariado no toma la posta, la tomará la burguesía contra las masas.
Estados Unidos tiene 16 billones de dólares de deuda externa, lo que significa que un derrumbe de su banca compromete el pago de esa suma formidable. China es acreedora por más de un billón de dólares. Todos los rescates que se intentaron a partir del dinero chino fracasaron, simplemente porque la crisis siguió avanzando y las compras de acciones de fondos y bancos, ingleses o norteamericanos, por parte de China, acabaron en enormes pérdidas. De modo que las naciones con superávit en dólares no están en condiciones de rescatar a las deficitarias y hasta corren el riesgo de perder su dinero. Los planes de rescate de Europa y de Estados Unidos siguen un sendero ya recorrido por los fondos chinos o de los países petroleros, o sea que dejarán enormes pérdidas a las arcas públicas. No hace falta decir que un ‘default' norteamericano, que deje en la estaca a los acreedores de sus 16 billones de deuda, podría desatar una crisis política internacional.

Estaticemos mientras el lobo no estáLa desesperación y el pánico están concentrando las mentes de algunos analistas de la burguesía. "La única salida es la estatización temporaria completa", dice un profesor suizo en el Financial Times (9/10), que seguramente se habrá dado cuenta de que los rescates actuales son, antes que nada, un subsidio estatal a banqueros y financistas en quiebra (la compra de acciones del Royal Bank of Scotland por parte del gobierno británico lo autoriza, por ejemplo, a nombrar cinco directores en el banco, pero en cargos no ejecutivos). "El gobierno norteamericano - dice el profesor concretamente- puede tomar a su cargo todas las operaciones de crédito bancario transformando temporariamente a los bancos privados en bancos públicos. Podría entonces ordenar a la gerencia de estos bancos estatales a prestarse los unos a los otros". Esto no sería ya solamente un subsidio sin contrapartida, sino una injerencia en el monopolio de la propiedad. Nouriel Roubini va incluso más lejos, pues acaba de declarar a la agencia Bloomberg que, recapitalizados los bancos por parte del Estado, "el gobierno debe decidir intervenir más directamente en la provisión de crédito y en la dirección y gerencia de esas compañías" (industriales). O sea que, según Roubini, el Estado debe manejar los bancos que recapitaliza y no simplemente aportar el dinero. Pero el que usa todas las palabras para definir el problema es Slaba Serrate en Ambito (10/10): "¿Terminará la crisis -se pregunta retóricamente- con una inédita estatización mundial?" A renglón seguido, el economista da su respuesta: "El Tesoro debe reemplazar y ocupar, transitoriamente, la trinchera que ocuparon los privados. Y lo mismo vale para los bancos centrales del G-7. La estatización voluntaria de los ahorros (o sea el plan anunciado este fin de semana) empujará a una estatización temporaria de la economía (¡no ya de los bancos!).
Y si la crisis aún así no descansa -sigue el periodista-, su penetración llegará a rincones impensables en aras de evitar un colapso masivo...". Lo que Slaba propone es un poco más de lo que hizo Mussolini (y muchísimo más de lo que hizo Roosevelt) en la crisis del '30, lo cual es imposible en Estados Unidos sin una gigantesca crisis política. Pero en la estatización así concebida ya no es la potencia financiera del Estado lo que importa, ni su capacidad de subsidios a partir del presupuesto público - que no ha servido para contener la crisis-, sino su potencia política y su capacidad para reglamentar el proceso social; es decir, primero habrá que dejar subir a un Mussolini. Pero todo apunta, precisamente, en la dirección de una estatización económica, como lo muestra la decisión de la Reserva Federal de salir a prestar a la industria sin pasar por los bancos. Que la Reserva Federal, además, aceptara a cambio papeles sin valor de la industria, la convierte en titular potencial de ella. A los que se curan en salud con la afirmación de que toda crisis tiene un ‘piso' y que por lo tanto el ‘rebote' es inevitable, habría que decirles, simplemente, que la depresión económica es una candidata segura a jugar de ‘piso', y que uno de los ‘rebotes' alternativos de una descomposición en gran escala de las fuerzas productivas y de la organización social correspondiente es la revolución social.

El carácter de la catástrofeHemos tenido que citar a algunos economistas de la burguesía para develar el carácter de la crisis como una tendencia a la disolución de las relaciones sociales capitalistas, porque nada de esto traspira de algo que haya escrito la izquierda, la cual sigue rumiando con la palabra crisis sin atreverse a determinar su contenido histórico y su forma social. La descuartizan a la crisis en afirmaciones aisladas y parciales cuando aluden, por ejemplo, a la ‘hipertrofia' de las finanzas (que habría que diferenciar del capitalismo ‘sano' o ‘real'), cuando esa hipertrofia no es sino el remate de la tendencia fundamental del capitalismo a ganar dinero del dinero y a reducir relativamente el espacio del proceso productivo (o como dice la propaganda del Hipotecario: "No hacés nada y tenés más plata").La estatización politiza naturalmente la bancarrota económica. Pone en claro que el reparto de la carga de la crisis y el carácter de la reconstrucción económica se encuentra en manos de un órgano político. Esta evolución marca un puente desde la quiebra capitalista hacia la situación revolucionaria, en la medida en que fuerza a las masas a interesarse por la cuestión del poder, más allá del acicate que la crisis produce al alterar en forma brutal las condiciones de vida previas.

Lula protege a sus pulpos y sanciona a Ecuador

Lula da Silva respondió con sanciones a la decisión del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, de expulsar al pulpo Odebrecht, un gigante brasileño de la construcción. El gobierno de Quito había tomado esa medida el 23 de septiembre, después de detectar fallas severas en la planta hidroeléctrica de San Francisco, construida por Odebrecht, que produce el 12 por ciento de la electricidad consumida en Ecuador. La planta debió cerrarse el 6 de junio y desde entonces permanece inoperable.
En represalia, Lula congeló un proyecto multinacional entre Brasil, Ecuador, Bolivia y Venezuela "para trazar un corredor interoceánico que conecte el Pacífico (tomando como punto de partida el puerto ecuatoriano de Manta) con el Atlántico, una iniciativa que facilitaría la integración de Sudamérica de este a oeste" (El País, 13/10).
Antes que una sanción económica, la de Brasilia es una medida sustancialmente política en defensa de las posiciones de los pulpos brasileños, de sus negocios y negociados y hasta de sus estafas y negligencia criminal, como en el caso de Odebrecht.
El carácter político de la actitud de Lula se advierte en el hecho de que "el gran perjudicado por esa represalia será Brasil, ya que Manaos, capital del Estado brasileño de Amazonas, sería el centro neurálgico y principal beneficiario comercial del proyecto" (ídem).Odebrecht facturará este año, a nivel mundial, unos 7 mil millones de dólares, de los cuales sólo el 1,5 por ciento corresponde a sus inversiones ecuatorianas. Sin embargo, además de congelar el proyecto interoceánico, Lula suspendió otros cuatro contratos con Ecuador, todos vigentes, para la construcción de otras dos hidroeléctricas, un aeropuerto y un sistema de riego, por un total de 650 millones de dólares.
Correa había ordenado al ejército que ocupara las instalaciones de Odebrecht y dispuso la captura de ejecutivos de ese pulpo. Algunos de ellos huyeron del país y otros dos están refugiados en la embajada brasileña en Quito, de modo que esa representación diplomática se ha transformado en aguantadero de maleantes.

La mano de PetrobrasPor supuesto, lo que está en juego es mucho más que la defensa de Odebrecht: "La expansión de las firmas trasnacionales latinoamericanas por la región no sólo produce negocios sino tensiones entre gobiernos..., obligados a defender a empresas perjudicadas por el otro" (Ambito Financiero, 10/10). Y, en ese punto, "las compañías brasileñas están entre las que antes y más han salido de sus fronteras para invertir y hacer negocios en otros países de América Latina, con la petrolera estatal Petrobras a la cabeza" (ídem).
Ahí está la madre del borrego, porque actualmente el gobierno ecuatoriano procura modificar su convenio con Petrobras para cambiar su contrato de operador por uno de prestador de servicios, a lo cual esa empresa se niega terminantemente.
Por otra parte, no debe olvidarse que Petrobras fue la compañía más afectada por el programa de nacionalización de hidrocarburos, con todas sus limitaciones, aplicado en 2006 por el gobierno boliviano. Así, con la suspensión del proyecto del corredor interoceánico, Lula aprovecha para castigar también a Evo Morales cuando éste se encuentra hostigado por la derecha de su país.
De paso, el presidente brasileño presiona a Hugo Chávez en una pugna que involucra a diversas camarillas latinoamericanas por el control de los recursos naturales de la región. Por eso Lula se comporta como un Rockefeller diminuto en los tiempos en que la Standard Oil controlaba el petróleo del mundo.
A Petrobras tampoco le faltan conflictos en Caracas, donde esa compañía "resistió infructuosamente la política (de Chávez) para reducir a socios minoritarios a las petroleras con proyectos en Venezuela" (ídem). Véase cuáles son los blancos de las sanciones de Lula contra Ecuador. Y no se trata sólo de Lula: es de recordar la defensa cerrada que el gobierno kirchnerista hizo del grupo Techint cuando Chávez nacionalizó (compró) la Siderúrgica del Orinoco (Sidor).
Lula no toma esa medida en cualquier momento, sino cuando la crisis mundial coloca a Ecuador en una situación especialmente vulnerable, puesto que la moneda de ese país es el dólar desde que, bajo el gobierno de Abdalá Bucaram (1996-1997), Domingo Cavallo diseñó su andamiaje económico y financiero.
Una vez más se ve en la práctica hasta qué punto es imposible, con gobiernos nacionalistas burgueses, ya no la unidad de América Latina sino hasta la simple integración económica de determinadas regiones específicas con proyectos comunes como ese corredor interoceánico, condenado a sufrir igual suerte que el gasoducto argentino-venezolano o el utópico Banco del Sur. Si eso es así en todo momento, las cosas se vuelven mucho peores en tiempos de crisis.Se trata, por lo tanto, de promover una profunda movilización antiimperialista en toda Latinoamérica, en primer lugar por la estatización, sin pagos compensatorios y bajo control obrero, de todos los recursos naturales para ponerlos al servicio del desarrollo integral de nuestros pueblos, no del enriquecimiento de camarillas y pulpos empresariales.
El sueño bolivariano de unidad latinoamericana se resume hoy en la perspectiva estratégica de los Estados Unidos Socialistas de América Latina.

jueves, 16 de octubre de 2008

Repudio al ataque contra el auto de Adrián Feldman

Comunicado de Prensa – 16/10/08

Repudio del Partido Obrero al ataque contra el auto de Adrián Feldman

El Partido Obrero de Junín repudia el ataque perpetuado contra el vehículo del presidente del Concejo Deliberante, Adrián Feldman. Los hechos, que representan una grave intimidación política, ocurren a días del pedido de interpelación del Secretario General Damián Itoiz y del nuevo intento por parte del gobierno de Meoni de aumentar las tasas municipales.

Denunciamos que no son los trabajadores de Junín los que deben pagar ni con mayor carestía ni con la paralización de la obra pública los mayores costos que reclaman Ashira y el propio municipio, al que ahora se le ha sumado en apoyo la burocracia sindical de Pesce. No al aumento de tasas, basta de impuestazos al pueblo trabajador. Planteamos la apertura y el control popular de las cuentas municipales y la revisión de todos los contratos. Por un impuesto progresivo y elevado a los grandes capitales que financie un plan de obras públicas para los barrios y un salario equivalente a la canasta familiar para los municipales. Por la re-municipalización de Ashira, bajo control de sus trabajadores, garantizándoles el salario y las condiciones de trabajo.

Por último, denunciamos que el accionar de patotas, claramente vinculadas al Ejecutivo municipales, sumado a las intimidaciones a ediles opositores, representan serios ataques a las libertades democráticas en Junín. El Partido Obrero defiende la plena vigencia de las libertades democráticas, cuya violación siempre termina afectando a los trabajadores y al conjunto del movimiento popular.

Partido Obrero de Junín
pojunin.blogspot.com
pojunin@hotmail.com

sábado, 11 de octubre de 2008

Conspiran contra los pueblos: los gobiernos y capitalistas de Argentina y Brasil

El secreto en que se reunieron los presidentes de los bancos centrales de Brasil y Argentina con algunos de los principales empresarios de ambos países, corresponde enteramente a la naturaleza de sus objetivos: armar una conspiración en beneficio de los capistalistas, banqueros y especuladores y contra los pueblos de Argentina y de Brasil.
Una reunión secreta entre capitalistas, banqueros y funcionarios realizada a a escondidas en un domicilio privado (en este caso, el del banquero Ricardo Esteves en Palermo Chico) roza lo delictivo. Cayó directamente en el delito cuando Henrique Meirelles, presidente del Banco Central de Brasil, anunció una "primicia" que mantuvo oculta, por una horas, al resto de los mortales. La información privilegiada sobre los planes del gobierno brasileño permitió que los presentes, actuando en "tiempo real", se embolsaran alguna gruesa "diferencia" en el marco de las violentas oscilaciones de la moneda brasileña en los útimos días.
Entre los presentes (y potenciales beneficiarios de la información privilegiada) se encontraban representantes de Obedrecht, Camargo Correa, Gerdau, Coteminas y la Fiesp (por el lado brasileño), y de Arcor, Aluar, Bagó, Grobocopatel, Techint, Cartellone, Werthein y el Banco Macro (por el lado argentino).
La "primicia" que anunció Meirelles fue, nada menos, que el gobierno brasileño había decidido "intervenir" en el mercado cambiario para frenar la devaluación del real. En otras palabras, que el gobierno de Lula entregaría las reservas a los especuladores que se están fugando de Brasil. La "intervención" del Central brasileño -que no es otra cosa que la venta masiva de dólares de las reservas- permitirá que los especuladores puedan obtener los dólares sin tener que entregar más reales por ellos. Una ganga. Sólo en un día, el miércoles 8, el Central brasileño entregó 2.800 millones de dólares de las reservas.
Meirelles se ha presentado así, frente a los capitalistas y banqueros de ambos países, como el principal organizador de la fuga de divisas del Brasil. Esto porque la "intervención" del Central le garantiza a cada especulador que podrá retirar los capitales que ha ingresado a la cotización actual del dólar. Para "aceitar" los mecanismos de la fuga, el Central brasileño ha inyectado liquidez en el sistema bancario por 31.000 millones de dólares en los últimos días. La posibilidad de que la entrega de las reservas termine con la corrida contra el real es, simplemente, nula.
Sentado junto a Meirelles, Redrado es su contraparte argentina: el organizador de la fuga de capitales de nuestro país. En el curso del último año, se fugaron de Argentina 23.000 millones de dólares a través del sistema bancario, que actúa bajo la directa supervisión del BCRA.
La reunión realizada en el sigilo de un departamento ubicado en un barrio excusivo es extremadamente instructiva para los trabajadores. Brinda la caracterización más adecuada de los regímenes políticos y de los gobiernos de Argentina y Brasil. Revela que los funcionarios "nacionales y populares" de nuestras pampas y los "izquierdistas" del Brasil actúan como verdaderos empleados de los capitalistas, los banqueros y los especuladores. Es a ellos a quienes dan cuenta de sus acciones y a quienes anticipan sus próximos pasos. Gobiernan para los capitalistas; no para los pueblos. Conspiran con los capitalistas contra los pueblos.
A la conspiración sigilosa de los gobernantes, banqueros y patrones opongamos la deliberación pública y la acción de los trabajadores y los pueblos de Argentina y Brasil con un programa común: nacionalización de los bancos y el comercio exterior, no pago de la deuda externa, ningún despido o suspensión, unidad política de los pueblos.

Repudio a Moyano en las filas obreras: es "el" momento para reclamar aumento

Un generalizado repudio en las secciones de las fábricas, en los edificios telefónicos, oficinas del estado y distintos centros educacionales y de salud, se ha extendido contra Moyano por su declaración de que "no es el momento" de aumento salarial.
Un llamado telefónico de la Casa Rosada ha sido más importante que la presión que vienen realizando grandes fábricas como Arcor, decenas de gremios, algunos de ellos con paros como portuarios, maestros o docentes universitarios, reclamando la reapertura de las paritarias. Moyano dejó colgado del pincel al Smata que pide 50% para la rama concesionarios.
Distintas burocracias sindicales se adaptaron a pedir adicionales "no remunerativos", luego la CGT para "encauzar" las cosas pensó en un doble aguinaldo, pero terminó preacordando con el gobierno un suma única insignificante de 500 pesos a fin de año, en lo que toda la prensa argentina interpretó como una maniobra para evitar la reapertura de paritarias ante el enorme desfasaje salarial de este año y del que pasó. Moyano se ha bajado también de ese planteo final.
Moyano (y Yasky, que acompaña) han hecho la hazaña de quedar a la derecha de la recontraderecha de Barrionuevo, quien en la inauguración de la CGT Azul y Blanca, planteó la reapertura de paritarias y un 30% de emergencia, reclamo por el que no organiza ni convoca a la lucha en sus propios gremios, pero que al menos formula en los papeles.
La CGT se disciplinó como corderito a la UIA y a los gobernadores que pusieron el grito en el cielo contra el adicional salarial. La señal mayor la dio Cristina Kirchner, que después de sostener hasta el cansancio que estamos blindados ante la crisis, ahora "advirtió sobre las secuelas sociales y económicas" y dijo "actuar con responsabilidad", un eufemismo para disciplinar el gasto público por el lado de los salarios, después de haber parado la obra pública y de tener en la picota el presupuesto de las universidades y los hospitales.
Carrió, Longobardi y toda la derecha hicieron su contribución: "mentira que no nos afecta la crisis mundial, hoy el eje es defender el empleo", brutal intimidación a la clase obrera para que no reclame ante la enorme inflación por temor a los despidos. Los anticipadísimos anuncios de suspensiones y despidos de las automotrices han tenido, entre otros, el mismo objetivo.
En estas horas, la propia CGT toma ese latiguillo y se reúne de emergencia ante "las consecuencias de la devaluación brasileña sobre el empleo en la Argentina". O sea que bien leído Moyano no solo entrega el reclamo salarial frente a la inflación, sino que se sube al barco de los devaluacionistas, lo que traerá más inflación y tarifazos.
El aumento de salarios y jubilaciones va de la mano con la lucha contra las suspensiones y los despidos. Se olvidó Moyano que uno de los principales factores del "enfriamiento" de la economía es la caída de nuestro poder adquisitivo. Ante el hundimiento de los mercados externos, tenemos que impulsar el mercado interno, con los salarios, impidiendo la fuga de capitales mediante la nacionalización de la banca, estableciendo el monopolio del comercio exterior para garantizar el ingreso de las divisas y su reinversión al servicio de la reindustrialización del país.
Hay que retomar de inmediato la obra pública con el mismo fin, deteniendo la sangría del pago de la deuda externa a los mismos bancos que se van a la quiebra, disponiendo de esos fondos para la continuidad de la vivienda popular y de toda obra de infraestructura.
Impulsamos asambleas en todo el movimiento obrero, para canalizar y organizar el repudio a Moyano que hoy se corrió como reguero, reclamando a la CGT y a la CTA un congreso económico y político de organizaciones obreras, para elaborar un plan de emergencia a cargo de los trabajadores, contra el gobierno que nos entrega al capital financiero.

SOBRE LA MUERTE DE RUCCI: la tragedia de la guerrilla peronista

"No sé quién apretó el gatillo, pero tuve el convencimiento en ese momento, y lo tengo ahora, de que fuimos nosotros", dijo acerca de la muerte de José Ignacio Rucci el periodista Emiliano Costa, quien en aquellos años militaba en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Fue en una mesa debate donde, además de Costa, estuvieron el diputado kirchnerista Juan Carlos Dante Gullo, ex secretario de la Juventud Peronista (Montoneros) y el autor del libro Operación Traviata: ¿Quién mató a Rucci?, Ceferino Reato.
El 26 de setiembre de 1973, dos días después de que la fórmula Perón-Perón se impusiera con el 61,85 por ciento de los votos en las elecciones nacionales, Rucci fue muerto por un comando de las FAR conducido por Horacio Antonio Arrué ("Pablo Cristiano"), cuyo padre había sido diputado justicialista en tiempos del primer peronismo. También integraban ese equipo Marcelo Kurlat ("Monra") y Julio Roqué ("Lino"). Todos están muertos, al igual que el entonces máximo dirigente de las FAR, el abogado peronista Roberto Quieto.
Rucci fue baleado aquel mediodía cuando salía de la casa de su cuñada -uno de los varios sitios en que pernoctaba- en la calle Avellaneda 2953, entre Nazca y Argerich. No fue abatido por un disparo de FAL que habría efectuado un francotirador (supuestamente Roqué), como sostiene Reato en su libro. El primer disparo fue una perdigonada de escopeta recortada, de dos caños, hecho por un tirador apostado en la vereda de enfrente.
Enseguida, desde las ventanas de un edificio vecino -Avellaneda 2917- comenzó a dispararse fuego de metralla sobre Rucci y sus custodios (días antes, el equipo de las FAR había alquilado esa casa con una excusa, después de comprobar que también tenía salida a la calle Argerich al 500). Simultáneamente, también disparaba sobre la custodia un grupo ubicado en los techos de una escuela Maimónides, frente al domicilio de Rucci.
Los custodios, tomados por fuego cruzado desde la retaguardia y desde los altos, entraron en pánico y apenas atinaron a arrojarse al piso, a protegerse como pudieron. Sólo algunos de ellos abrieron fuego contra nadie, para cubrirse a sí mismos. Minutos más tarde, cuando llegaron al lugar casi 500 policías, del comando guerrillero no quedaba ni la sombra. Por la tarde, la policía encontró un Peugeot 404 y un Fiat 1600 abandonados en Emilio Lamarca y Venancio Flores. En ellos había granadas de mano y munición de guerra. No se halló otra cosa. Los matadores de Rucci se habían esfumado.
Gullo recibió la noticia mientras se encontraba reunido con Juan Perón en aquella casa de la calle Gaspar Campos, en Vicente López, que albergaba al caudillo justicialista. "General, esto es una provocación que nos viene de afuera", alcanzó a decir. Hasta hoy, Gullo sostiene que a Rucci "lo mató la CIA para condicionar la asunción del general y debilitar la democracia en la Argentina" (www.nuevoencuentro.com, 16/9).
Al día siguiente del atentado, Perón y su esposa llegaron al velatorio a las 9.26: "Me cortaron las patas", dijo el general. En el entierro, el ministro de Trabajo, Ricardo Otero, salido él también de la burocracia de la UOM, dijo en su discurso: "Has muerto para que la patria sea peronista. Has luchado contra el zurdismo apátrida... Juramos sobre esta tumba que jamás ningún trapo rojo reemplazará a la bandera celeste y blanca".
A la madrugada siguiente fue asesinado a tiros Enrique Grinberg, dirigente de la JP porteña, e incendiado el Centro de Estudiantes de la Facultad de Farmacia. Mientras tanto, en Salta, unas 50 personas tomaban la casa de gobierno. Exigían la renuncia del gobernador, Miguel Ragone, afín a la JP, y pedían la intervención federal a la provincia mientras gritaban a voz en cuello la consigna de guerra que tenía entonces la derecha peronista: "Ni yanquis ni marxistas, peronistas". La policía no intervino, mientras la JP convocaba a una multitudinaria manifestación en defensa de Ragone.
Por esas horas, todo era confusión en Montoneros y no sólo en ellos.
La CGT cordobesa, con la firma de Agustín Tosco, manifestaba en un comunicado que quería ser "la primera en repudiar el trágico atentado", mientras José Ventura, de la JUP, ponía en el mismo plano las muertes de Rucci y de Grinberg. Entretanto, Jorge Abelardo Ramos se apuraba a repudiar el atentado y el Partido Comunista echaba las culpas a la CIA, como Gullo.
De inmediato, el gobierno clausuró el diario El Mundo, controlado por el PRT, y suspendió por 48 horas las emisiones de Canal 9, por haber emitido un comunicado del ERP-22 en el cual desmentían haber sido los autores de la muerte de Rucci. Respondían así a una acusación del jefe de policía, general Miguel Ángel Iñíguez.
En esos días, la policía empezaba a allanar en masa domicilios de dirigentes juveniles, tanto de la JP como de la izquierda.
Una semana después, el 1º de octubre, el presidente provisional, Raúl Lastiri, y el ministro del Interior, Benito Llambí, convocaron a una reunión de gobernadores justicialistas. Todos fueron con la renuncia en el bolsillo y respiraron aliviados al descubrir que no se trataba de eso. En ese encuentro, Lastiri les dio a conocer una orden reservada de Perón. En ella se decía que "grupos marxistas, terroristas y subversivos han declarado una guerra contra nuestra organización y nuestros dirigentes", y anunciaba que para hacerles frente "se utilizarán todos los medios que se consideren eficientes, en cada lugar y oportunidad" (Clarín, 2/10/73).
Ahora sí, formalmente y por orden de Perón, comenzaba a funcionar la Triple A.

La confusión

Nadie admitió, salvo mucho después y contradictoriamente, haber matado a Rucci.
Firmenich dejó trascender hacia el interior de su organización que habían sido ellos. No era la primera vez que hacía una cosa así. Por ejemplo, cuando el grupo Descamisados mató en 1970 al burócrata textil José Alonso sin emitir el correspondiente comunicado, Montoneros dejó circular la especie de que habían sido ellos aunque nada habían tenido que ver con el asunto.
Muchos años después, en una entrevista con Jorge Asís en Brasil, Firmenich diría que cometieron un "error político grave" al no aclarar inmediatamente que ellos no habían sido los autores del atentado a Rucci.
En verdad, no podían aclararlo. Se vieron obligados a aceptar el hecho consumado porque el hecho consumado era la base de su política.

Veamos.

El golpe de estado que derrocó a José Cámpora se produjo el 13 de julio de 1973. Al día siguiente, Montoneros y las FAR publicaron un comunicado conjunto en el cual celebraban el regreso de Perón al poder. Estaban condenados a aplaudir un golpe que se daba contra ellos mismos y prometía represión a mansalva contra cualquier rebeldía obrera y juvenil. Ellos habían trabajado por la victoria peronista del 11 de marzo de ese año con la consigna "Cámpora al gobierno, Perón al poder". Ahora, oponerse a que "gobierno y poder" confluyeran en la figura del hombre en quien ellos reconocían a su líder implicaba una ruptura imposible para ellos.
Pero entonces ya había ocurrido la masacre de Ezeiza, organizada por la derecha peronista -entre los arquitectos de esa carnicería estuvo Rucci- y, al día siguiente, en un discurso en cadena, Perón les echó la culpa a ellos y por primera vez los calificó de "infiltrados".
Luego intentaron por todos los medios de impedir que Isabel Martínez fuera la candidata a la vicepresidencia, y llegaron a postular a Ricardo Balbín para ese puesto. A Balbín, el que poco después hablaría de "guerrilla fabril" para oponer a la lucha obrera la represión militar. Cuando las FAR atentaron contra Rucci, la ofensiva de la derecha era completa y a la cúpula conducida por Quieto se le ocurrió, como diría luego uno de ellos, "tirarle un cadáver sobre la mesa a Perón para obligarlo a negociar".
El ataque a Rucci se cometió el 26 de setiembre y veinte días después, el 12 de octubre -el día en que Perón fue presidente por tercera vez- Montoneros y las FAR se fusionaban. No hubo entre ellos un acuerdo político de fondo, fue un acto puramente defensivo sin que se hubieran resuelto diferencias importantes y que más tarde se harían sentir de manera trágica.
Esto es: si Montoneros aclaraba que ellos no habían matado a Rucci, la fusión con las FAR se frustraba y la fusión ya era, según entendían, cuestión de supervivencia.
El último movimiento armado del partido peronista no podía llegar hasta donde poco antes de morir había llegado uno de sus impulsores, John William Cooke, quien después de haber asegurado que el peronismo era "el hecho maldito del país burgués", admitió que "el nacionalismo burgués es inviable" (Cooke había querido convencer de eso al mismísimo Perón, y en sus cartas le pedía insistentemente que abandonara su exilio en la España de Franco y se trasladara a La Habana bajo protección de Fidel Castro).

De ayer a hoy

En ese encuentro con Costa y Reato, Gullo dijo en tono de autocrítica: "No supimos acompañar a Perón en las cosas más fuertes del poder".
Pues bien ¿cuáles eran esas "cosas más fuertes"?
En principio, conviene recordar a qué llegaba Perón y en qué condiciones.
Carlos Seara, un cardiólogo que lo atendió en los últimos meses, quizá por no ser peronista y ni siquiera un hombre interesado mayormente en la política, recibió del viejo caudillo alguna confidencia sorprendente. En un testimonio publicado por Ernesto Castrillón y Luis Casabal, Los últimos días del general (La Nación, 17/11/2003), Seara cuenta que, durante un paseo a solas por los jardines de Olivos, Perón le dijo:
"Mire, doctor, mire lo que es la vida. Yo no vine aquí a ser presidente, vine a residir en la Argentina, ser figura de consulta, vivir tranquilo, ser referente y ocuparme de la macropolítica, y que Cámpora gobernara. Ahí seguí el consejo de Evita, porque ella siempre me decía que Cámpora era la persona más leal que teníamos. Pero fíjese lo que pasó, Cámpora se dejó copar por los zurdos. Así que yo, que no vine a ser presidente, ahora tengo que hacerme cargo de todo este quilombo".
Dicho con rigor político: Cámpora, cuya campaña electoral había caído con casi todo su peso en Montoneros y la JP (la derecha partidaria y sindical la saboteó o le fue indiferente), producto por tanto de un acuerdo político con la "juventud maravillosa", no podía hacer frente a la situación abierta por el Cordobazo (1969) y todo el proceso de luchas que le siguió. Sólo Perón podía hacerse cargo de "todo ese quilombo" y para eso debía desplazar a Cámpora y a "los zurdos" que lo habían "copado". Es decir, a Montoneros.
Gullo, ahora, lamenta no haber sabido "acompañar" a Perón en esa "cosa fuerte".
Perón y la derecha dieron el golpe contra Cámpora, contra el movimiento obrero y también contra Montoneros para aplicar a rajatablas la política del último peronismo: pacto social, congelamiento salarial, flexibilización laboral, dictadura de la burocracia en los sindicatos, militarización de la vida política y reformas al Código Penal que transformaron en delito las huelgas y movilizaciones fabriles.
Todas esas "cosas fuertes" debieron ser acompañadas disciplinadamente por Montoneros según la visión actual del diputado kirchnerista.
Cuando Perón, en Madrid, les propuso a los montoneros hacerse cargo del Ministerio de Bienestar Social, Firmenich le contestó: "General, nosotros no nos hemos jugado la vida para ponernos a repartir frazadas". Fue un error, según Gullo era mejor repartir frazadas.
He ahí los "setentistas" del gobierno K.

Repudio en las filas obreras a Moyano: ahora más que nunca es el momento de pedir aumento

Néstor Pitrola se hizo eco "del generalizado repudio causado en cada fábrica y lugar de trabajo por las palabras de Moyano en el sentido de que no es momento de aumentos". Acusó a Moyano de "priorizar una llamada de teléfono de la Casa Rosada a la presión de decenas de gremios y fábricas, algunos de ellos de paro, reclamando reapertura de paritarias ante el total desfasaje de los topes salariales de Moyano-Yasky-Kirchner con los precios de este año y el anterior, incluso -dijo- dejó colgado del pincel al Smata que pide 50% para la rama concesionarios".

Pitrola marcó que "la CGT acató como corderito a la UIA y a los gobernadores que priorizan pagar sus deudas con la banca, igual que el gobierno nacional". Para el dirigente del Partido Obrero la CGT, al declararse "preocupada por las consecuencias en el empleo de la devaluación brasileña, se ha subido al carro de los devaluacionistas, lo cual acarreará más inflación y tarifazos. El empleo lo defendemos impulsando vigorosamente el mercado interno, con aumento general de salarios y jubilaciones, nacionalizando la banca y estableciendo el monopolio estatal del comercio exterior".

Y finalizó "el Partido Obrero impulsa la convocatoria a un Congreso de trabajadores de la CGT y la CTA, para discutir un plan económico y un plan de lucha ante el derrumbe capitalista".