En la propuesta inicial de Oporto, que los docentes rechazaron, el aumento al básico ofrecido era de 107 pesos. Con la "propuesta superadora" que aceptó Baradel, ese "aumento" se redujo de 107 a 96 pesos.
En segundo lugar, las bonificaciones reciben un aumento que no compensa esa reducción, esencialmente porque las bonificaciones no computan para el cálculo de la antigüedad, ni ruralidad, etc. La burocracia es enemiga del blanqueo, con las bonificaciones inventó el "básico conformado", achatando la pirámide salarial, en un acuerdo estratégico con el gobierno. Así, siguen las cifras en negro.
En tercer lugar, se mantienen los descuentos de los tres primeros paros; y en cuarto lugar, se ratifica la extensión del ciclo lectivo hasta el 19 de diciembre.
Así, el básico del índice 1, preceptor-profesor, pasa a 725 pesos, y el de un maestro de grado a 787 pesos, sin las bonificaciones, con un salario inicial de 1.450 pesos. Básico y salario de indigencia y de pobreza, respectivamente.
Este "aumento", según informaron gobierno y burocracia, sería del 12,5 por ciento, es decir, medio punto más que la primera propuesta, la mitad de lo que los gremios pedían como piso mínimo.
Pero el gobierno, en cuanto al básico, se ahorra 11 pesos en la remuneración de un docente sin antigüedad con respecto a la primera propuesta y 22 pesos en la de un docente con 20 años de antigüedad. Con ese dinero que el gobierno se ahorra, financia el aumento o parte del aumento de las bonificaciones por función. El resto de ese 0,5 por ciento de diferencia con la propuesta inicial lo absorbe con los descuentos de los tres primeros paros.
La entregada de Suteba, además, es un golpe enorme a la lucha de los docentes de la Ciudad de Buenos Aires que, ante la negativa de Macri a dar aumento, van a un paro de 48 horas.
Primeras líneas para un balance
Los dos meses de conflicto tuvieron como motor la voluntad de la docencia de salir a quebrar los topes salariales de comienzos de año. A pesar de la entrega de Baradel y Petroccini, los docentes impusieron la reapertura de la paritaria salarial de uno de los gremios más importantes por su impacto en el conjunto de la población.
Las idas y vueltas para arreglar una salida entre la burocracia y el gobierno le produjeron a Scioli una de las principales crisis políticas de su gobierno, al punto de que estuvo en jaque la cabeza del ministro Oporto.
La burocracia sindical jugó al desgaste y a encapsular la lucha alrededor del 12 por ciento ofrecido por Scioli, lo que ratifica la justeza del planteo de Tribuna de que para quebrar la política de ambos había que avanzar hacia la huelga general.
En ese camino de profundizar la lucha fue vital el papel de los Suteba combativos, que buscaron por todos los medios que la base docente tomara en sus manos la lucha, impulsando la deliberación de delegados de escuela y la extensión de las medidas de fuerza.
Un gran límite en ese camino de fortificar a la base docente para superar los escollos burocráticos fue la negativa de la Azul y Blanca de integrar a sus seccionales en una acción común. Nunca aceptaron la realización de un encuentro público de comisiones directivas, congresales y delegados de escuela con mandato de toda la oposición para impulsar la lucha. Se realizaron cuatro reuniones para coordinar acciones. El resultado de las tres primeras fue la negativa de la Azul y Blanca a sacar siquiera un comunicado conjunto. En la cuarta, directamente estuvieron ausentes.
Ahora está planteado organizar el rechazo a esta entrega, la lucha por la defensa de los días caídos y recrear las condiciones para retomar la lucha salarial cuanto antes.