"REESTATIZACION" DE AEROLINEAS
Los trabajadores, sin garantías
La ley de "reestatización" de Aerolíneas pone a salvo el rescate de Marsans. Establece la recompra de las acciones de AA, lo cual supone el acuerdo con los vaciadores y una deuda que no será inferior, en ningún caso, a los 900 millones de dólares, pues aún faltan contabilizar "las causas comerciales, laborales, penales e impositivas abiertas en el país y en el resto del mundo" (Sur, 17/8). Para Verbitsky, "El gobierno necesitaba que (Marsans) entregara la llave de la compañía en términos que no dieran lugar a nuevos llamados de Zapatero, Felipe González y otros" (Página/12, 24/8), pero los Marsans, sin embargo, no entregaron ninguna llave: la ley mantiene el control accionario que detentan sobre AA y tolera la permanencia de los vaciadores en el "Comité Mixto" de gestión constituido hace un mes atrás. O sea que el Estado continuará colocando centenares de millones de pesos para operar la compañía y revalorizando su capital.
Tasación de AA
La tasación de una compra de acciones en manos privadas ha sido adjudicada al Tribunal Nacional de Tasación, que ya estaba trabajando en eso por el acta firmada por Jaime y Marsans. "En el dictamen está trabajando la Sindicatura, la AGN, el Tribunal de Tasación, también hay muchos funcionarios del Congreso (sic) trabajando" (La Nación, 23/5). La ley, aunque ignora el acta firmada con los vaciadores, no la anula.
La ley dispone la tasación de la compañía "al 15 de julio"; es decir, al momento de producirse la intervención oficial. Pero esto no cambia lo esencial: la necesidad de un acuerdo con el dueño de las acciones, que ya ha dicho que reclamará "las rutas y la marca". Por eso, Jaime ha salido a "amenazar" con la expropiación. En este caso, el Congreso deberá votar la indemnización y hacerse cargo de la deuda. Los diputados tendrán que poner sus huellas en el desfalco. Burócratas sindicales, funcionarios y centroizquierdistas transitan, de este modo, todo el culebrón que va del acta con Marsans a la expropiación, sin poder salir de la trampa del rescate. La única vía para ello es la expropiación sin indemnización.
Reprivatización
Los reformadores del proyecto también celebraron el retiro de la cláusula que habilitaba a una posterior "reprivatización". Pero la ley aprobada admite la participación privada hasta un 49%. Preservaron, de este modo, la pretensión inicial de comprar a AA y Austral para "ponerlas en valor y luego transferir algo", según señaló reiteradamente Jaime. En ese caso, un futuro socio privado ingresaría en una AA previamente "saneada" por el rescate estatal. Pero, principalmente, contaría con subsidios garantizados del Estado. Uno de los integrantes del Comité de gestión que acaba de armar el gobierno para regentear AA es "Juan Cincunegui, ejecutivo ligado a Eurnekian a quien reiteradamente se lo señala como potencial adjudicatario de la línea de bandera" (Página/12, 17/8). La estatización de AA, por lo tanto, tiene a los privatizadores dentro de la "parte estatal".
Los sindicatos
Los sindicatos aeronáuticos han apoyado este rescate de Marsans porque "asegura los puestos de trabajo". Pero ningún punto de la ley de "reestatización" establece garantía alguna para la estabilidad laboral o las condiciones de trabajo. El rescate de un vaciador capitalista por una cifra sideral e incierta, por parte de un Estado que ya tiene su presupuesto hipotecado en muchos otros rescates, no puede ser garantía ni para Aerolíneas ni para sus trabajadores. Durante toda la gestión Marsans, la camarilla kirchnerista toleró todo tipo de atropellos laborales y salariales contra los trabajadores. Acaba de revelarse, incluso, que en una de las "actas" firmadas entre Jaime y Marsans, a comienzos de este año, pactaron la modificación del régimen laboral de los pilotos (Ambito, 23/8) para "adaptarlo (a la baja) a los patrones internacionales". Ese es el Estado que se hará cargo de AA. Las burocracias aeronáuticas han hecho lo imposible para impedir una real deliberación sobre este nuevo episodio en el vaciamiento de AA. Rechacemos la ley que rescata a Marsans, luchemos por la expropiación sin pago de Aerolíneas y el inicio inmediato de acciones judiciales contra los vaciadores capitalistas, así como la intervención cautelar de sus bienes; por el enjuiciamiento de De Vido y Jaime, por la restitución de todas las conquistas laborales arrebatadas.
Los trabajadores, sin garantías
La ley de "reestatización" de Aerolíneas pone a salvo el rescate de Marsans. Establece la recompra de las acciones de AA, lo cual supone el acuerdo con los vaciadores y una deuda que no será inferior, en ningún caso, a los 900 millones de dólares, pues aún faltan contabilizar "las causas comerciales, laborales, penales e impositivas abiertas en el país y en el resto del mundo" (Sur, 17/8). Para Verbitsky, "El gobierno necesitaba que (Marsans) entregara la llave de la compañía en términos que no dieran lugar a nuevos llamados de Zapatero, Felipe González y otros" (Página/12, 24/8), pero los Marsans, sin embargo, no entregaron ninguna llave: la ley mantiene el control accionario que detentan sobre AA y tolera la permanencia de los vaciadores en el "Comité Mixto" de gestión constituido hace un mes atrás. O sea que el Estado continuará colocando centenares de millones de pesos para operar la compañía y revalorizando su capital.
Tasación de AA
La tasación de una compra de acciones en manos privadas ha sido adjudicada al Tribunal Nacional de Tasación, que ya estaba trabajando en eso por el acta firmada por Jaime y Marsans. "En el dictamen está trabajando la Sindicatura, la AGN, el Tribunal de Tasación, también hay muchos funcionarios del Congreso (sic) trabajando" (La Nación, 23/5). La ley, aunque ignora el acta firmada con los vaciadores, no la anula.
La ley dispone la tasación de la compañía "al 15 de julio"; es decir, al momento de producirse la intervención oficial. Pero esto no cambia lo esencial: la necesidad de un acuerdo con el dueño de las acciones, que ya ha dicho que reclamará "las rutas y la marca". Por eso, Jaime ha salido a "amenazar" con la expropiación. En este caso, el Congreso deberá votar la indemnización y hacerse cargo de la deuda. Los diputados tendrán que poner sus huellas en el desfalco. Burócratas sindicales, funcionarios y centroizquierdistas transitan, de este modo, todo el culebrón que va del acta con Marsans a la expropiación, sin poder salir de la trampa del rescate. La única vía para ello es la expropiación sin indemnización.
Reprivatización
Los reformadores del proyecto también celebraron el retiro de la cláusula que habilitaba a una posterior "reprivatización". Pero la ley aprobada admite la participación privada hasta un 49%. Preservaron, de este modo, la pretensión inicial de comprar a AA y Austral para "ponerlas en valor y luego transferir algo", según señaló reiteradamente Jaime. En ese caso, un futuro socio privado ingresaría en una AA previamente "saneada" por el rescate estatal. Pero, principalmente, contaría con subsidios garantizados del Estado. Uno de los integrantes del Comité de gestión que acaba de armar el gobierno para regentear AA es "Juan Cincunegui, ejecutivo ligado a Eurnekian a quien reiteradamente se lo señala como potencial adjudicatario de la línea de bandera" (Página/12, 17/8). La estatización de AA, por lo tanto, tiene a los privatizadores dentro de la "parte estatal".
Los sindicatos
Los sindicatos aeronáuticos han apoyado este rescate de Marsans porque "asegura los puestos de trabajo". Pero ningún punto de la ley de "reestatización" establece garantía alguna para la estabilidad laboral o las condiciones de trabajo. El rescate de un vaciador capitalista por una cifra sideral e incierta, por parte de un Estado que ya tiene su presupuesto hipotecado en muchos otros rescates, no puede ser garantía ni para Aerolíneas ni para sus trabajadores. Durante toda la gestión Marsans, la camarilla kirchnerista toleró todo tipo de atropellos laborales y salariales contra los trabajadores. Acaba de revelarse, incluso, que en una de las "actas" firmadas entre Jaime y Marsans, a comienzos de este año, pactaron la modificación del régimen laboral de los pilotos (Ambito, 23/8) para "adaptarlo (a la baja) a los patrones internacionales". Ese es el Estado que se hará cargo de AA. Las burocracias aeronáuticas han hecho lo imposible para impedir una real deliberación sobre este nuevo episodio en el vaciamiento de AA. Rechacemos la ley que rescata a Marsans, luchemos por la expropiación sin pago de Aerolíneas y el inicio inmediato de acciones judiciales contra los vaciadores capitalistas, así como la intervención cautelar de sus bienes; por el enjuiciamiento de De Vido y Jaime, por la restitución de todas las conquistas laborales arrebatadas.