La gente no tiene más remedio que pasarse de viva cuando no sabe cómo salir del atolladero.
Es lo que intentó hacer la Presidenta cuando dio por cerrado el conflicto con el ‘campo' en forma unilateral.
En contraste con Alfonsín hace 21 años, cuando celebró las ‘felices pascuas', ella no fue hasta el Campo de Mayo de los ruralistas.
Pero al otro día de su discurso, cuando prometió un ‘feliz día de la bandera', la crisis estaba peor que antes.
Había vendido la piel del oso (en los ‘mercados de futuro') antes de haberlo cazado.
En La Plata se encontró con un piquete de la pobreza, a pesar de que el día anterior había anunciado una redistribución de los ingresos.
Los desocupados reclamaban un aumento de los subsidios sociales, que siguen en 150 pesos, como se lo impuso, hace cuatro años, el gran patrón sojero Grobocopatel.
La promesa de nuevos hospitales fue saludada por los médicos desde el Hospital Posadas con un paro general.
Es que al gobierno no le cree nadie, y menos cuando anuncia un plan con la plata que todavía no tiene, mientras paga rigurosamente la deuda externa con la caja que tiene acumulada.
¿Quién le cree al costo de vida que ‘calcula' el Indec, cuando la inflación es el doble y se proyecta al 40 por ciento para todo 2008?
El Banco Nación está vendiendo dólares, por cuenta del Banco Central, con la plata que tiene depositada la Anses, ¿quién le cree que está beneficiando a los jubilados?
Mientras tanto, el desabastecimiento crece en forma exponencial porque transportistas, impulsados por el gobierno, no quieren abandonar los piquetes en las rutas hasta que no cese el boicot al envío de cereales por parte de los patrones sojeros.
El gobierno está tomando su propio veneno, pero sólo perjudica a la población.
También está permitiendo la exportación de naftas, sin retenciones móviles, con el consiguiente aumento del precio en los surtidores.
El oficialismo está lejos del día de la bandera.
Llamamos a una movilización política por una alternativa independiente de la patronal kirchnerista y de la patronal sojera.
Por la nacionalización de la banca usurera y de los monopolios exportadores y agrofinancieros y sus puertos privados; por el cese del pago de la deuda externa.
Por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, indexado al costo de vida; por el 82 por ciento para los jubilados, por un doble aguinaldo en junio.
Ante el fracaso patente del gobierno de la ‘burguesía nacional', planteamos la lucha por una alternativa obrera y socialista.