La ley del trabajador rural de la dictadura no fue derogada
La Comisión Nacional de Trabajo Agropecuario dictó una resolución (la 71/08) que limita la jornada laboral de los peones rurales a ocho horas diarias y a cuarenta y ocho semanales. La misma resolución establece, además, el pago de horas extras (al 50 y 100%); un descanso continuado de 35 horas semanales(sábado y domingo); una pausa de 12 horas entre la finalización de una jornada y el comienzo de la siguiente; y la limitación del trabajo nocturno a siete horas diarias y 42 semanales.
Esta Comisión es un organismo tripartito, integrado por el Estado, Uatre (sindicato de trabajadores rurales) y las cámaras empresarias (la Mesa de Enlace).
Rápidamente, el ministro Tomada salió a festejar que la resolución pone fin a la "tradición de trabajo de sol a sol" establecida en el decreto-ley de la dictadura. No es cierto lo que afirma el ministro.
Los kirchneristas votaron una resolución que contradice la ley vigente, pero no la derogaron. Desde hace más de treinta años, la "democracia" mantuvo en vigencia la ley del trabajo rural de Videla y Martínez de Hoz. Esto sigue.
Es que la ley vigente establece más que el "trabajo de sol a sol": las vacaciones podrán fraccionarse y otorgarse en cualquier época del año; se desconocen las categorías y funciones; da la posibilidad de suspender a los trabajadores por "motivos productivos" hasta 75 días al año; pagar sólo el 50% de la indemnización en caso de "crisis"; autoriza el trabajo de menores de 18 años (con salarios inferiores a los de los mayores) e incluso el trabajo nocturno de los menores si "existen necesidades productivas"; autoriza a pagar parte de los salarios en especie y autoriza a la patronal a deducir del salario la parte correspondiente a vivienda y alimentos.
La resolución deja la ley dictatorial vigente en todos estos efectos, incluso sobre la jornada horaria: las leyes tienen preeminencia sobre las resoluciones.
Para el millón de trabajadores rurales en negro, sigue en pie el "trabajo de sol a sol", sin ninguna cortapisa.
El kirchnerismo se las ha ingeniado para mantener en pie el régimen de explotación del trabajador rural. La resolución que acaba de aprobarse es menos que un parche.
Las patronales del ‘campo'
A pesar del carácter trucho de la resolución, de su nulo alcance y del mantenimiento integral de las condiciones leoninas de explotacion de los trabajadores del campo, las cuatro entidades rurales -sin distinción- votaron en contra. Es decir, votaron para que los peones sigan trabajando "de sol a sol", incluidos los domingos. Incluida la Federación Agraria Argentina, de los ‘pequeños productores'.
Ricardo Grimau, representante de CRA en la Comisión, calificó de "autoritaria y dictatorial" la limitación del horario de trabajo de los peones (Página/12, 28/12). Otro representante de la CRA en la misma Comisión la rechazó porque "podría significar un aumento de costos para el productor, especialmente para aquellas actividades como el tambo o la ganadería que requieren de trabajo los fines de semana" (www.lecherialatina.com). Con los mismos argumentos se manifestaron en contra los representantes de la Rural, de la Federación Agraria y de Coninagro.
El voto de los rurales introduce dos importantes clarificaciones.
En primer lugar, que lo que se llamó "el conflicto con el campo" no fue tal; fue un enfrentamiento de las patronales rurales, que defendieron sus intereses (puramente capitalistas) contra el gobierno kirchnerista (que también defiende las leyes laborales de la dictadura para el campo).
En segundo lugar, clarifica las razones por las cuales la izquierda sojera, que se emblocó con las patronales rurales, no reivindicó la derogación de la ley del trabajo rural de la dictadura durante la crisis agraria. Era perfectamente conciente que, de otro modo, sería rechazada por el frente patronal sojero. Los izquierdistas se guardaron muy bien de levantar un reclamo obrero. Les preocupó mucho el efecto que podría tener un aumento de las retenciones sobre el costo de los arrendamientos; lo que no les importó nada fue la suerte del peón agrario obligado a trabajar "de sol a sol",
La izquierda sojera sabía perfectamente que detrás del bloque de la Rural, Buzzi, De Angeli y los demás, no había ningún interés popular. Si hubieran reivindicado uno -como el de los peones rurales- automáticamente habrían quedado fuera. Por eso, no abrieron la boca.