viernes, 14 de noviembre de 2008

Por un paro nacional contra las suspensiones y despidos

Más allá de lo que dicen los medios, no hay suspensiones ni despidos masivos".
Aunque parezca mentira, esto es lo declaró Hugo Moyano a Radio América, en la mañana del miércoles.
Mientras tanto, la Bancaria denunciaba 1.200 cesantías bajo la forma encubierta de un "cese de contrato".
El sindicato de curtidores informaba 1.300 despidos, casi el 10% del total de sus afiliados.10.000 mecánicos están suspendidos, con vacaciones anticipadas o reducciones salariales.
En el caso de General Motors, de Rosario, los trabajadores enfrentan más de 400 despidos.Todas las grandes concentraciones obreras de Santa Fe y de Córdoba están conmovidas por las mismas razones.
10.000 trabajadores del Smata se movilizaron en la Ciudad de Buenos Aires. Moyano, sin embargo, sabe muy bien qué está pasando.
Pero como lo hace la burocracia sindical en todo el mundo, acepta el despido de los precarios y las suspensiones con pago parcial de los salarios, así como también los adelantos de las vacaciones, con el pretexto de que la crisis capitalista encontrará una salida en los próximos seis meses.
Precisamente, un asesor de la CGT, el abogado Recalde, ha "pensado" (sic) en una ley para prohibir las suspensiones y despidos, pero sólo como "último recurso".
O sea, cuando ya se haya agotado el recurso a las suspensiones o a las vacaciones adelantadas, o cuando ya no haya trabajadores precarios para echar a la calle.
Pero también en todo el mundo los trabajadores dan su respuesta: huelga en Alitalia y paro general en toda Italia; huelgas de trabajadores siderúrgicos en Bulgaria y Corea, huelga metalúrgica en Alemania, huelga de los obreros automotrices en España.
No hay tiempo que perder: que la crisis la paguen los banqueros con las nacionalizaciones sin indemnización de la banca.
No los trabajadores.
Que la CGT y la CTA rompan con las patronales y con el gobierno, y que llamen a un paro nacional de advertencia contra los despidos y las suspensiones -por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.